“Lo importante no es el destino sino disfrutar del camino”, aseguran Aritz Aierbe y Elena Irigoien, un pareja de Leitza que ha puesto en marcha este verano Astotrek, la última aventura de este guipuzcoano y navarra que han viajado por medio mundo. “Durante dos años, en 2014 y 2015, recorrimos Asia y África”, recuerdan. Aquella experiencia les cambió su manera de entender la vida. “Llevaba 20 años trabajando en una fábrica y buscaba algo más conectado con la tierra, la naturaleza y los animales”, destaca Aritz Aierbe.

La idea comenzó a coger forma cuando su pareja supo de la existencia de empresas que se dedican al senderismo con burro, sobre todo en Francia, dónde hay unas 60. “Teníamos la experiencia de un trekking en Perú con un mulo, por el tema de carga, y también una ruta de 10 días que hicimos con nuestro mulo, más como otra forma de viajar y de conectar con la naturaleza”, cuentan. “El burro puede ser el mejor compañero de viaje”, aseguran.

Así, pensaron en unir ambas facetas en Astotrek, un nombre que lo dice todo, burro y trekking. “Ofrecemos más que alquiler de asnos. Lo importante es la conexión con el animal, acariciarlo, peinarlo, darle de comer”, observan. “En Francia es un formato muy común. El burro es un animal muy cariñoso y tranquilo”, comentan. Y es que además de llevar la carga en sus alforjas, hasta 40 kilogramos, estos animales ayudan a desconectar de la rutina diaria y vivir el aquí y ahora porque se deben afrontar los imprevistos que surgen en el viaje, un trayecto a otro ritmo frente a las prisas del día a día, según destacan. Asimismo, afirman que “el contacto con los burros relaja. A diferencia de los caballos, no salen huyendo o se sobresaltan ante cualquier problema, todo lo contrario, se paran. Hay que tener psicología para que se relaje y poder seguir avanzando”, apuntan.

Al respecto, señalan que trabajan mucho con los burros. Y es que todos los días salen con dos asnos para que se acostumbren no sin antes cepillarlos, limpiarle los casos y muchos mimos. Si bien tienen once, han comenzado con cinco ejemplares, los más habituados al contacto con personas y a llevar alforjas. “Son Luki, Mezki, Jai, Kami y Ameron, los que más seguridad nos dan a la hora de trabajar”, destacan.

Esta iniciativa turística se podría enmarcar en el concepto de slow travel, viajar sin prisas, una tendencia en boga que surgió a finales de los 80 para hacer frente al ritmo de vida cada vez más acelerado. Y es que se trata de desconectar, bajar el ritmo y disfrutar al máximo del trayecto. El pilar fundamental de esta alternativa al turismo masivo es la sostenibilidad centrada en la defensa de la diversidad en las costumbres, la gastronomía y la cultura de la mano de la población local.

Excursiones y rutas

“Nos adaptamos a los que nos pide la gente”, inciden Aritz Aierbe y Elena Irigoien. Para excursiones de media jornada recomiendan ir a los merenderos de Urto e Ixkibat. Además, se encuentran a 15 minutos de la Vía Verde del Plazaola, desde dónde se pueden realizar diferentes rutas y continuar por otras como los senderos de Iturraskarri o la GR 12. “Hay muchas opciones”, destacan. Además, ofrecen el traslado de los animales al lugar que se pida y también recogerlos, con lo que se abre aún más el abanico. También ayudan a diseñar el recorrido, con diferentes opciones, como dormir en casas rurales o bordas. “Es un trato personalizado. Después de viajar por el mundo, cuando vuelves te das cuenta de que lo que tienes aquí tiene mucho valor. Queremos que la gente disfrute de nuestro paisaje, de nuestro patrimonio, cultura y el euskera; ofrecer lo que el mundo nos ha dado”, dicen.

Astotrek echó a andar el pasado junio. “Estamos contentos. Han venido sobre todo familias, con excursiones y también rutas más largas pero también otro tipo de público”, apuntan. “Un grupo de jóvenes alquiló dos burros un fin de semana como regalo de un chico a su novia a modo de sorpresa”, recuerdan.

En relación a los precios, el alquiler de un burro es 35 euros para medio día, 50 euros en el caso de una jornada completa y a partir de dos es de 45 al día. Con dos burros es 50, 90 y 70 euros sucesivamente. “Un burro es para 2/3 personas, en función de la carga y los días de travesía”, explican. El precio incluye introducción al cuidado y el manejo del burro, que va equipado con albarda, alforjas, cabezada y cuerdas, así como utensilios para su cuidado y alimentación; información de rutas personalizadas y asistencia durante la ruta si fuera necesaria. Para más información se puede contactar con Astotrek a través del teléfono 676691592 o enviar un correo a astotrek@gmail.com. También en las redes sociales.