Quintos y quintas volvieron este sábado a las calles de Altsasu. Y es que la festividad de Santa Águeda se celebró a lo grande en la villa después de un año en blanco. Precisamente, este parón ha traído cambios, con el retraso de un año de esta fiesta de la juventud que marca para toda la vida. Los y las protagonistas fueron 57 jóvenes, 32 chicos y 25 chicas, nacidas en 2003. Reconocerles era fácil. Los quintos vestían de blanco, con dos pañuelos cruzados en el pecho y otros dos colgados del cuello. También llevaban el palo de Santa Águeda, que sólo se saca el primer día. Las chicas iban de caseras.

Dejando a un lado la vergüenza, quintos y quintas se afanaron en pedir dinero para financiar cinco días de celebraciones. “Un dinerico para los quintos”, era el mantra que repetían una y otra vez cuando paraban a viandantes y automovilistas. La cantidad obtenida se conocerá el lunes.

Otra fuente importante de ingresos es la entrega de tortas en comercios y bares. La recogida era tarea de reyes. Así, Ixone Rodríguez, Ainara Díaz, Oier Cuerdo y Unai Calvo, elegidos por la suerte el pasado 6 de enero; acompañados de txistularis; Urko Lanza, el botero; Ainhitze Armentia, la botera, y la burra Pantxika se acercaron a diferentes puntos donde les esperaban quintos y quintas con sus tortas. Cómo manda la tradición, en todas las paradas se bailó una jota y una porrusalda, a las que se unieron familiares y amistades. La tarea se alargó hasta entrada la tarde, con apenas un descanso para comer y recuperar fuerzas para los zortzikos, el baile imprescindible en las celebraciones de Altsasu y que deberán bailar los próximos días en la plaza.

Celebraciones marcadas por la pandemia

Si bien se decidió seguir adelante con la fiesta, después de un ajustado resultado en una votación realizada tras conocerse las restricciones de cierre de los bares a la una; quintos y quintas confiaban ayer en obtener dinero suficiente para alargar las celebraciones para cuando lleguen tiempos mejores. Lo mismo han pensado otras quintas. Y es que Santa Águeda establece un vínculo, el de la edad, que se conmemora año tras año por estas fechas. No obstante, otras muchas quintas, sobre todo jóvenes, se volvieron a reunir ayer en torno a una mesa. Además, por todo el valle de Burunda, desde Ziordia a Bakaiku, la juventud celebró a la mártir siciliana.