Sakanako Ibilaldia regresó el último sábado a abril a lo grande, con 1.131 participantes que disfrutaron de una espléndida jornada en pleno despertar de la naturaleza y una paleta infinita de verdes. Al igual que el pasado, la mayoría se inscribieron a la prueba corta, 565 mendizales; 413 en la larga y 220 en la txiki. Eran 1.198 inscritos en total, muy cerca del tope que se puso Iratxo Mendi Taldea, 1.200. Lo cierto es que fue una fiesta de la montaña, el principal objetivo de la organización; un día de reencuentros, con personas y lugares, después de dos años de espera. “Ha ido todo muy bien. La gente ha sido muy colaboradora. Por el frontón han pasado más de mil personas para recoger los dorsales y no había ni un papel tirado”, apuntaron desde Iratxo, que ayer movilizó a un centenar de personas en diferentes tareas.

Con el fin de minimizar la huella medioambiental de esta prueba, la más larga y veterana del calendario navarro con 31 ediciones, Iratxo se tomó muy en serio la separación de los residuos para su reciclaje y el uso de vasos reutilizables entre otras cuestiones.

Tres recorridos para elegir

Al igual que en ediciones anteriores, había tres recorridos para llegar a todo tipo de montañeros, txikis incluidos. El largo, de 54 km y un desnivel de 3.388 metros, unió las ermitas de San Donato, San Miguel y Trinidad de Erga, un trazado que pasó también por otros lugares emblemáticos como el centro de Euskal Herria, el despoblado de Agiri o el dolmen de Larrazpil. Esta marcha era valedera para el Campeonato Navarro de Marchas de Montaña de Largo Redorrido y el Circuito de la Federación Vasca. Fue la opción elegida por Maddi Zenotz y su madre, Juana Torres, de Guenduláin. Era la tercera vez que participaban pero según comentaban, en esta ocasión estaban menos preparadas. Para David Osés, de Peralta, también era la tercera vez que participaba. Conocedor de la prueba, se reservó fuerzas para la subida a Trinidad de Erga, el último escollo con muchos kilómetros en las piernas.

La marcha corta, de 25,5 km y un desnivel de 1.440 metros, era en sentido contrario, hacia Etxeberri para continuar por la ermita de Itxasperri, Madotz, Larrazpil y Trinidad de Erga. También era puntuable para el Campeonato Navarro.Por último, hubo otra opción txiki, de 14 km y un desnivel de 736 metros, que se hizo sobre todo en familia. La subida a Erga era el reto para después bajar a Latasa y volver a Irurtzun por la senda de los pescadores. Además, los txikis pudieron disfrutar de un rocódromo y juegos en la plaza.