Cada año, la afluencia de peregrinos que realizan el Camino de Santiago pasando por Roncesvalles va creciendo a pasos agigantados. Lo perciben los empleados del albergue que, especialmente en el periodo estival, sienten que su trabajo se multiplica con la llegada de peregrinos que vienen a sellar su credencial a Roncesvalles. No todos pernoctan, pero de todos los que llegan, ninguno quiere marcharse sin tener el cuño de este lugar tan emblemático.

También lo reflejan las estadísticas registradas desde hace 30 años por el propio albergue: de 1.086 peregrinos que cruzaban Orreaga en el año 1986 han pasado a la increíble cifra de 66.646 caminantes en 2016.

Sin duda, el año pasado se batieron récords históricos, teniendo en cuenta además que no fue un año santo, es decir, que el 25 de julio no coincidió con domingo. A nivel global, fueron 278.041 peregrinos venidos de diferentes caminos los que recogieron su Compostela en la ciudad de Santiago. De ellos, el 63,38% se decantó por el Camino Francés (cuyos caminos confluyen en Saint-Jean-Pied-de-Port), el 18,76% por el Camino Portugués y, el resto, por otros recorridos.

Tal vez haya influido el hecho de que 2016 fuera el año de la Misericordia, lo cual supuso que la Puerta Santa de la Catedral de Santiago permaneciera abierta a la espera de atraer nuevos visitantes. Otro de las factores a considerar es la tendencia al alza del número de peregrinos extranjeros. El año pasado pasaron por Roncesvalles 48.191 extranjeros de 129 países diferentes, lo que significa un incremento de un 8% con respecto al año anterior, siendo notorio el caso de los italianos, alemanes y, por supuesto, coreanos (casi 400 caminantes más cada año).

Y es que, aunque los defensores más tradicionales del Camino de Santiago se nieguen a admitirlo, parece ser que el éxito de best-sellers como El viaje de una mujer sola, escrito por la periodista coreana Kim Nan Hee o Bueno, me largo, del alemán Hape Kerkeling, así como el reality show coreano emitido en el canal Yon Hap News, el documental de Simon Reeve para la BBC o películas como The Way, de Martin Sheen, han contribuido a que en los últimos diez años Roncesvalles se haya convertido en el principal enclave que atravesar para realizar la ruta jacobea, ya sea desde Saint-Jean-Pie-de-Port, Luzaide/Valcarlos o partiendo desde la propia Colegiata. “El Camino de Santiago no es algo estanco, sino que va evolucionando. Ya sea por literatura o por las películas, lo cierto es que no deja de haber países nuevos continuamente”, reconoce el prior de Roncesvalles, Patxi Izko Barbería.

CRECEN LOS EXTRANJEROS

Motivo espiritual

Un nuevo perfil

Si hace tres décadas apenas se dejaban ver tres peregrinos al día, hoy el constante fluir de caminantes (una media de 182 al día) ya es habitual en las inmediaciones de Roncesvalles. En estos treinta años, desde la Colegiata han apreciado innumerables cambios a la hora de afrontar el Camino, pues hoy son muchos los que se decantan por hacerlo en diferentes etapas en vez de recorrer de un tirón los 790 kilómetros que distan hasta Santiago. Asimismo, últimamente no es raro ver penitentes que hacen el camino a la inversa. “Muchos peregrinos cuando llegan a Santiago tienen como una pequeña crisis, porque ahí se termina la dinámica diaria de andar. Muchos se preguntan: ¿y ahora qué hago?”, expresa Izko. De ahí que algunos caminantes opten por nuevas alternativas. “La vuelta se retorna con más tranquilidad, ya no es el agobio de cuando llegan a Santiago. Además, cuando vienen a Roncesvalles es algo muy bonito porque comparten experiencias con los que van a salir”, destaca. Ir o volver, lo que está claro es que el 92,5% lo realiza a pie, el resto en bicicleta e incluso a caballo (13 personas se contabilizaron el año pasado).

Igualmente, ha habido una clara evolución en la procedencia de los peregrinos. La proliferación de nuevos países viene determinada por las modas, aunque Francia, Italia, Estados Unidos y Alemania se lleven la palma. “Ahora estamos notando mucho los países del norte de Europa, sobre todo países nuevos como Letonia, Estonia? También vemos que algunos poquitos vienen de Asia, pero de otros países como Indonesia, Kazajistán, Kuwait o Singapur. Y algún africano de raza blanca también empieza a venir”, admite el prior. Sin olvidar a los coreanos, que han pasado de 917 en 2009 a 3.096 en 2016.

En cuanto al peregrino estatal, se nota un ligero decrecimiento, si bien siguen acudiendo peregrinos de las 17 comunidades autónomas, además de Ceuta y Melilla. Entre ellos, los que más visitan Roncesvalles son los catalanes y valencianos, seguidos de madrileños y vascos. En 2016 Navarra ocupó el 6º puesto con 1.172 peregrinos.

Eso sí, en lo que no hay distinciones es en los motivos que les mueve a realizar el Camino. Un 55 % de los peregrinos expuso como motivo del viaje el espiritual y/o religioso. “El motivo espiritual va en auge, la gente parece que anda buscando un poco de oxígeno”, afirma Izko.

cercanía en invierno

Espacio limitado

Acceso a Internet

Desde la colegiata de Roncesvalles intentan adaptarse como pueden a esta situación. Una de las mayores quejas que reciben de los peregrinos es el escaso acceso a Internet. La situación orográfica de la zona y el hecho de que en verano se puedan llegar a concentrar 700 personas en el santuario, hace que se produzcan colapsos en la conexión de sus dispositivos electrónicos. “Es desesperante que un peregrino que llega desde Francia no pueda avisar a su familia de que ya está en Roncesvalles. Es una de las imágenes más tristes que estamos dando, es una imagen nefasta, pero a las grandes compañías no les interesa porque somos una zona de poca población”, afirma el prior Izko.

En invierno además, se juntan con el problema añadido de contar con poco espacio en el albergue. Aunque el resto del año ofrecen servicio en el albergue nuevo de 183 plazas, es inviable tenerlo abierto en esta época. “Tenemos la pena de que el albergue de invierno es muy pobre, pero claro, mantener encendido el grande es imposible, sería una ruina”, exclama.

Así, en invierno ofrecen dieciocho camas, aunque según la demanda pueden llegar a adaptar un espacio para unos treinta. Sea como fuere, no hay duda de que el peregrino de invierno es mucho más agradecido. “Sólo buscan un lugar acogedor donde poder ducharse y dormir en una cama caliente. Aceptan amablemente lo que les das”, confiesa. Más aún, el trato que se les ofrece nada tiene que ver con el verano. Una de las experiencias más bonitas que se llevan los peregrinos consigo en invierno es la invitación por la noche a una visita guiada por el santuario con el sacerdote Valentín Eguilaz. “Al menos se van con un buen sabor de boca. La visita provoca que ellos se interrelacionen y agradecen mucho ese momento de cercanía que tenemos con ellos”, asegura.

Tal y como se ha iniciado el año, parece que 2017 va a continuar con esta tendencia al alza. Tan sólo en enero ya han pasado por Roncesvalles 345 peregrinos, de los cuales 268 son extranjeros (140 coreanos). Por suerte, hasta el momento los bomberos del parque de Auritz/Burguete no han tenido que intervenir en rescates peligrosos por la nieve. Pero no hay duda de que, tanto en invierno como en verano, el Camino va atrayendo cada vez más a nuevos visitantes, sobrepasando todos los límites. “Es difícil saber cómo evolucionará el Camino en el futuro, pero intentaremos seguir atendiendo al peregrino como buenamente podamos”, apostilla Izko.