RONCESVALLES - El Centro de Migración de Aves Roncesvalles-Orreaga, situado en el Alto de Ibañeta, cumple 25 años de andadura, según informaron desde Gurelur, la Asociación que lo gestiona. Esta instalación ambiental, que se puede visitar de manera gratuita, abrió sus puertas el 15 de julio y permanecerá abierta hasta el mes de noviembre.

Hasta la fecha, en estos 25 años se han recibido más de 94.000 visitantes, entre los que se encuentran escolares de Navarra y de las provincias limítrofes, grupos sociales y grupos dedicados a la observación de las aves, principalmente de origen francés.

En este centro, los visitantes pueden contemplar una exposición en la que se explica el fenómeno de la migración, la implicación de Navarra en el mismo, la problemática que afecta a las aves migradoras y los trabajos que se realizan a favor de estas aves en nuestra comunidad. Los paneles de la exposición, exhibidos en castellano, euskera, francés e inglés, se complementan con unas maquetas de aves migradoras en vuelo, vitrinas con materiales didácticos y con una pequeña biblioteca sobre las aves. La exposición está atendida por expertos en la migración de las aves y en la educación ambiental de Gurelur.

Asimismo, el Centro tiene un observatorio instalado en la campa del edificio para poder observar cómo cruzan las aves migradoras el collado donde está ubicado el centro. En el observatorio hay a disposición de los visitantes telescopios y prismáticos, así como distinto material gráfico que ayuda a reconocer las especies que se observan. “En este collado se puede observar una importante variedad y cantidad de aves debido a que por él se canaliza una parte importante de las aves que cruzan por esta zona pirenaica”, afirman desde Gurelur.

TIERRA PRIVILEGIADA Todos los años por estas fechas miles de aves sobrevuelan el Pirineo en sus viajes migratorios hacia sus zonas de invernada como las tierras templadas de África o la Península Ibérica. Es lo que se conoce como la migración postnupcial o la pasa, y es la que ocurre una vez que las aves han concluido su reproducción. Por Navarra se canaliza la más importante de las rutas migratorias europeas, debido a la baja altitud que presentan los collados pirenaicos navarros.

En los últimos años, debido a que los inviernos no son tan fríos, muchas aves están cambiando sus costumbres migradoras, invernando cada vez más cerca de su zona de nidificación, llegando incluso a no migrar. En Navarra existe el caso de las cigüeñas, y es que una parte importante de su población adulta no realiza la migración, permaneciendo aquí los adultos casi todo el año. Pero independientemente de estos preocupantes cambios en las conductas migradoras de las aves europeas, todavía se puede percatar su presencia en los collados fronterizos durante sus dos migraciones anuales.

“Navarra es un hito muy importante para las aves migradoras, ya que en nuestros campos encuentran el alimento necesario para atravesar con éxito la cadena pirenaica, o para recuperar las reservas energéticas perdidas tras su paso por estas montañas”, aseguran desde Gurelur. Esta implicación de Navarra en el fenómeno migratorio, continúan, “nos obliga a gestionar convenientemente los espacios utilizados por las aves migradoras y a respetarlas, debiendo acabar para ello con las ilegales órdenes generales de veda forales que permiten cazar especies en peligro de extinción y en épocas prohibidas por las directivas europeas.