erano, tiempo fructífero en las huertas que presentan aspecto de abundancia y calidad a la espera de las manos que recolectarán el fruto de lo sembrado y plantado meses atrás. Es el fruto de la tierra alimentada de sol y agua crece y se multiplica en las parcelas de afición hortelana satisfecha la huerta llena la despensa de muchos hogares con producto local y da para regalar.

Este excedente fue precisamente la base del proyecto Huertas Amigas de la Asociación de Mayores Lacarra, unión de afición y concienciación, envejecimiento activo y compromiso solidario con las personas con menos recursos. Desde hace once años cultivan verduras y hortalizas en Pamplona, (Aranzadi), Puente la Reina, Lezáun y Lumbier con destino a bancos de alimentos y otras entidades sociales. En la actualidad, la cifra alcanza las 50 toneladas anuales.

En esta última localidad se inician estos días jóvenes voluntarios en su apoyo a las labores solidarias de las Huertas Amigas. Adama Rame, de Senegal, Modou Djidji de Gambia y Fousseny Sissoko de Mali, junto a Txatxo de la Era,Pablo Erice y Manolo Burguete han trabajado en las parcelas de Lumbier en diferentes tareas.

"Son muchachos que pertenecen a la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y se han apuntado al voluntariado de las Huertas Amigas. Conocen el proyecto y lo comparten", explica Manolo Burguete, de la asociación, al tiempo que añade la motivación principal. "Saben que los alimentos van para las personas que más lo necesitan y lo hacen con ganas".

Este hecho representa para el proyecto un "apoyo fundamental", ya que la edad media del voluntariado del medio centenar de personas que forman la asociación es de 70 años. Cuentan medio centenar entre hortelanos, encargados de la logística, limpieza, y, empaquetado, distribución y transporte.

"El apoyo joven representaría un cambio sustancial , pero no es fácil. Lo hemos intentado en diversas ocasiones con estudiantes pero cuesta coordinar horarios y desplazamientos.

"Es la primera vez que tenemos respaldo joven y ha sido un descubrimiento", expresan. Un día a la semana se juntan en las dos huertas solidarias de Lumbier. Su compromiso es acudir todos los martes. En función de las necesidades, apoyarán a las grandes parcelas de las localidades mencionadas anteriormente.

Burguete relata que acuden juntos y aprenden a hedrar puerros, a quitar las malas hierbas y ayudan a limpiar la tierra. "Son muy trabajadores y se crea un ambiente muy bueno". Voluntarios como Burguete, de la Era, o Erice, enganchan con este joven voluntariado tras más de una década de entrega a las Huertas Amigas.

Esta ayuda muy significativa aliviará la tarea de recogida de patatas, calabacines, calabazas, ajos, cebollas, puerros, berzas... en la recolección de miles de kilos que pronto serán distribuidos. "Contamos con la colaboración de la gente de los pueblos, pero recoger todo esto cuesta", adelanta Burguete mientras repasa con su mirada el fruto que asoma.

Este podría ser un precedente. "Sería ideal que creciera el grupo de jóvenes voluntarios", confiesa. "Nosotros llevamos un montón de años, y seguiremos hasta que podamos. Después, vendrá otra gente que hará otras cosas. Lo importante es que cada generación tenga su recorrido y su compromiso", opina el de Lacarra.

De momento, este primer grupo se muestra entregado a las faenas hortícolas entre los experimentados hortelanos. También en este caso, se trata de sumar fuerzas para alcanzar los objetivos y poder seguir ayudando a llenar las despensas más vacías.

"La ayuda joven es fundamental para nuestro proyecto de Huertas Amigas "

Miembro de la Asociación Lacarra