- Comenzó a suceder en el mes de junio de 2020, pero desde este pasado verano se ha convertido en una situación sostenida. La aparición de una espuma blanca sobre el río Aragón, a su paso por el puente de Cáseda, ha hecho que la preocupación ciudadana por el estado del río haya cobrado una nueva dimensión. Así lo denuncia Izquierda de Cáseda/Kasedako Langileak, grupo municipal en la oposición, porque dicen, "en ocasiones la espuma hace invisible el cauce del río". Desde el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, descartan que la causante de este cambio en el agua sea una sustancia tóxica, pero apuntan a un vertido irregular, ya que no se han encontrado anomalías en la red regular de depuración.

"Si se tratara de un vertido tóxico los primeros afectados serían las cadenas tróficas inferiores. Y con los resultados que tenemos podemos decir que no hay esos vertidos", expresa Pedro Zuazo, responsable del Servicio de Economía Circular y Cambio Climático de Medio Ambiente.

Los tres ediles de la formación política casedana (Mikel Ayape, Itsaso Olleta y Javier Leoz) denuncian que más de un año después, siguen sin recibir una respuesta oficial clara por parte de todas las autoridades a las que han puesto en conocimiento del caso y que se trata de un espacio tradicional de baño para la población, protegido por la red europea de la biodiversidad Natura 2000.

Agentes del Guarderío Forestal (dependiente de Medio Ambiente), de la Confederación Hidrogáfica del Ebro (CHE), del Seprona y de la Policía Foral, son todas las autoridades que han recibido avisos sobre este tema en el último año y medio. Por las mediciones que ha realizado, el Departamento de Medio Ambiente sostiene que "la calidad del agua es buena". Entre otros supuestos, Medio Ambiente baraja la posibilidad de que la espuma se origine por la presencia de "agentes contaminantes tensoactivos", sustancias presentes en detergentes, que favorecerían esta aparición.

Otra de las preocupaciones latentes en Cáseda es que la espuma esté siendo generada por un vertido industrial, bien sea por la cercana planta de Viscofan o por otra industria de aguas arriba. "Los datos que hemos revisado de estas empresas cumplen con los valores límite y no son concluyentes para imputarles un posible vertido", detalla Zuazo, y añade en referencia a la posibilidad de un vertido irregular de cualquier origen, que desde el departamento no pueden "poner la mano en el fuego por nadie, ni personas ni entidades".

La CHE también estudia muestras obtenidas en este tramo del Aragón y recientemente ha dado un paso más. La Confederación, responsable de las aguas de la Cuenca del Ebro, ha requerido a las empresas que vierten al río por encima de Cáseda que realicen mensualmente controles exhaustivos de sus residuos, con especial atención a la aparición de tensoactivos. Este estudio por el momento no ha arrojado sus conclusiones.

Desde la planta de Viscofan afirman que esos controles ya se están realizando, y que "los datos reflejan que las espumas no proceden de Viscofan". La planta de Cáseda, como la de Smurfit-Kappa en Sangüesa, tienen (por sus dimensiones) depuradora de residuos propia, que luego vierte sobre el Aragón. Desde Viscofan aseguran, que lo que a ellos respecta, la vigilancia de la depuradora se realiza las 24 horas.

"Algunas personas comentaron que vendría de Viscofan, pero yo he estado en el punto de vertido (de la planta) y he visto que aguas arriba también hay espuma", afirma el alcalde de Cáseda, Jesús Esparza. El alcalde apunta, sin embargo, que el pasado agosto, una patrulla de Policía Foral desalojó la orilla "por precaución", ante la gran cantidad de espuma, afirma Esparza. Desde la CHE, explican que puede que en Cáseda se perciba más esta sustancia por el pequeño salto de agua que hay bajo el puente, que agita el río, en este punto.

Aunque advierte que sus investigaciones no han concluido, Medio Ambiente apunta a posibles causas, sin descartar el vertido irregular. Una de ellas aborda la preocupación local de que la espuma aparece en mayor cantidad al anochecer y desaparece durante el día. "Eso podría ser por la propia bajada de temperaturas durante la noche, simplemente, como ocurre en las chimeneas", explica Zuazo.

También está abierta la posibilidad de sea generada, dice Zuazo, "por plancton y otra flora fluvial. Es una línea de investigación que hemos abierto". Zuazo remarca también que es un situación "anormal y debería desaparecer, lo estamos investigando, pero no serían vertidos tóxicos".

Ante la falta de respuestas, el 9 de noviembre Izquierda de Cáseda/Kasedako Langileak solicitó al Ayuntamiento que "comunique esta anomalía" a las instancias necesarias "con el objetivo de acabar con esta contaminación si así es". "No se puede tolerar que el río esté como hace 30 años", sentencian.