a son dos años en los que los preparativos para recibir a Olentzero y Maridomingi se han realizado en un torbellino de dudas. Un tiempo en el que la llegada del querido carbonero a la ciudad de Sangüesa ha cumplido medio siglo de vida.

Desde la primera salida en el año 1971 hasta hoy, la llegada del carbonero se ha adueñado año tras año de las calles de Sangüesa, a excepción del pasado, 2020, cuando tuvo que cancelarse a causa de la pandemia. “Sí que se colocaron algunas manualidades hechas por los alumnos y alumnas para que al menos se viera que venía Olentzero”, expresa Txema Acedo, miembro de la Junta de Zangozako Ikastola, promotora de la organización de Olentzero.

Este 2021, la nueva propagación del virus hizo moverse con rapidez a las organizaciones. “En Pamplona y Ansoáin decidieron suspender. Nosotros, el viernes anterior, tras hablar con el Ayuntamiento y Policía Municipal, decidimos seguir adelante”, explica Acedo. Siguieron adelante pero con cambios importantes. La clásica herriko plaza en las Arcadas no pudo hacerse, y los actos se redujeron a una kalejira, junto a los txikis de la Ikastola y el colegio Luis Gil, desde el Prau hasta la Ikastola. Actos como las castañas asadas o la música o no se hicieron o se redujeron. “Además, cuando lo anunciamos pedimos que todo el mundo utilizara la mascarilla, hasta Olentzero, para evitar contagios”, remarca Acedo.

En la Casa de Cultura de Sangüesa, se ha creado un espacio que aglutina la memoria colectiva de estos 50 años. Hasta el próximo 9 de enero, el palacio Vallesantoro acoge una exposición fotográfica y documental sobre este medio siglo de llegadas de Olentzero. “Hemos tenido la ayuda de la asociación Enrique de Albret, que nos han ayudado con toda la parte documental”, agradece Txema Acedo.

En el espacio se han colocado además partes del atuendo de Olentzero, que permanecerán visibles, una vez devueltos por el carbonero tras darles uso el pasado día 24. En la figura que acompaña a Olentzero en sus kalejiras cada año se conservan elementos que ya acumulan historia. La cabeza del muñeco, por ejemplo, es la misma desde hace 25 años.

“Sangüesa fue uno de los primeros lugares de Navarra que recuperó la figura de Olentzero”, traslada Acedo, poniendo la vista en 1971. Entonces, 13 localidades navarras se reunieron en Pamplona, para aprender sobre la celebración tomando el modelo del Olentzero de Lesaka. “Durante los primeros 10 o 15 años se paseaba la figura por la calle y se hacía una colecta de alimentos, que se donaban a la residencia de Ancianos”, rememora David Maruri, miembro de la asociación cultural Enrique de Albret y partícipe en la llegada de Olentzero a Sangüesa hace 50 años.

La generación pionera abrió el paso a una trayectoria que hoy toca su peldaño número 50. “Fueron años duros, los primeros años recibimos pitos e insultos por la calle”, expresa Maruri, sobre un tiempo que define como revitalizador de la cultura vasca y que recogió en un trabajo publicado en 2008 en la revista cultural Zangotzarra.

Pasado el aniversario, el Olentzero de Sangüesa afronta un nuevo ciclo hasta las navidades del 2022, y que a buen seguro, remarca Acedo, traerá a nuevos promotores en el seno de la Junta de la Ikastola (como marcan sus normas.). Un nuevo ciclo que sigue, como no, los pasos de Olentzero.

Como acostumbra, Olentzero llegó primero a la Ikastola de Sangüesa, el pasado día 22. El carbonero llegó entre la niebla hasta las aulas, donde repartió alegría entre los más txikis, mientras que el alumnado más mayor acompañó a una figura de Olentzero en kalejira, acompañada de la música de los txistus. En la organización de las actividades de los días 22 y 24 participan los integrantes de la Junta de la Ikastola y cuenta con la colaboración de multitud de colectivos culturales.

“Sangüesa fue una de las primeras en Navarra que recuperó la figura de Olentzero”

Junta Zangozako Ikastola