tudela. El proyecto de convertir el antiguo cuartel de Sementales en casa de cultura parece abandonar el limbo en el que se encontraba sumergido desde hace un año y cuenta ya con el visto bueno de Príncipe de Viana, tanto para derruir el edificio como para comenzar la obra. Los técnicos de Patrimonio han presentado a lo largo de este año tres informes que avalan no sólo el método controlado de derruir el edificio, manteniendo los hallazgos realizados por el arqueólogo Juanjo Bienes, sino también los cambios realizados en el proyecto del arquitecto Rafael Moneo que ha incorporado parte de las estructuradas encontradas en las paredes del antiguo cuartel y convento de San Francisco.

De esta manera, los próximos pasos dependen ya del Ayuntamiento de Tudela una vez que ha terminado la fase de examen y aprobación del Gobierno de Navarra. Si las fechas se cumplen, el derribo y la construcción, que deberían ir de la mano, podría comenzar a finales de este año 2010 o principios de 2011.

los informes Según explicaron desde Príncipe de Viana, "lo que hemos hecho desde el departamento ha sido emitir tres informes. Uno de arqueología en noviembre de 2009 en la que se indicaba cómo hacer la fase de derribo y cómo actuar respecto a los restos que aparecían. Un segundo informe data de febrero de 2010 y en él se alude a qué hacer con los restos que aparezcan y los criterios a seguir en el proyecto de demolición". Por último existe un tercer informe relativo al proyecto de Rafael Moneo que tiene ya el visto bueno a los cambios realizados, algo obligatorio al tratarse de un edifico histórico. Este último documento se emitió ya en junio de este año.

Ahora es el Ayuntamiento quien con estos informes en la mano ha de sacar a concurso el derribo y la construcción de la casa de cultura de Sementales, un proyecto que lleva alrededor de siete años de papeleo. Tras el recorte en las cuentas municipales, el edificio de Sementales era el único que había mantenido la partida en inversión para 2011. Las estimaciones eran 500.000 euros para 2010, 7 millones en 2011 y 4,5 millones en 2012. Hay que recordar que el coste previsto del proyecto en 2007 era de 10,2 millones, aunque es muy posible que con los cambios haya subido. Además el arquitecto Rafael Moneo cobrará cerca de un millón de euros por el diseño (598.514) y por dirección de obra (399.099).

Para llevar a cabo esta obra el Gobierno de Navarra concedió en la anterior legislatura un préstamo de 12 millones de euros, algo que generó mucha polémica por la deferencia que se había tenido con la capital ribera. Ese dinero se invirtió en otros proyectos y a partir de 2010 el Ayuntamiento debería devolverlo. Sin embargo, el mal estado de las arcas municipales hicieron que el Ayuntamiento elaborara un plan de saneamiento hasta 2015, por lo que pedirá al Ejecutivo la posibilidad de empezar a devolver el dinero a partir de entonces. De no ser así debería devolver alrededor de 750.000 euros cada año hasta 2027.

arqueología y diseño El derribo del edifico será un trabajo que habrá que realizar de forma muy detallada porque es muy posible que salgan más cosas que las encontradas en las catas. En la fachada de la calle Santiago es probable que aparezcan estructuras del convento del siglo XIV y a bastante altura. Los hallazgos del mercado islámico en el centro del claustro han obligado a cambiar muchas de las concepciones que los historiadores tenían sobre la ubicación del primer barrio judío con que contó Tudela dado que los estudiosos lo habían colocado siempre dentro de los muros, junto al río Queiles. Por lo tanto habrá que buscar el antiguo barrio de la judería en otros lugares como en las calles Cortes, Magallón y Huerto del Rey.

El edificio, que habrá de mantener buena parte de los descubrimientos realizados en las excavaciones, tendrá varios elementos que le servirán de seña de identidad. Por un lado, la enorme cristalera frontal que se abrirá al paseo de Pamplona y que tendrá una altura de 6,5 metros de alto y 63 metros de largo. Por otro, la fachada que se realizará, seguramente, en cerámica. Dentro de las innovaciones también se encuentran unas láminas de agua que marcarán la entrada bajo las cristaleras y que tendrán su reflejo en el patio interior del claustro. La luz llenará el interior con los 63 metros de ventana al exterior que se instalarán en el primer y segundo piso y con el mirador, de 9 metros de largo por 3 metros de alto, que se construirá sobre él y que abrirá una ventana a la plaza de San Francisco.

Los trabajos en este edifico llevan también aparejado un cambio en la ordenación del paseo de Pamplona, dado que se ganará en espacio peatonal delante de sus puertas y los carriles para vehículos se moverán. De esta forma, el arco del puente del ferrocarril que hoy en día no se usa se habilitará en sentido salida de Tudela y parte de los aparcamientos de esa céntrica y concurrida zona de estacionamiento se perderán. Para esta obra había presupuestados 600.000 euros, que, por la crisis, podrían verse reducidos.