Todavía restan unos cuatro meses y medio, si se cumplen los plazos, para que la restauración de la Puerta del Juicio de la Catedral de Santa María de Tudela esté finalizada. Unos trabajos que avanzan a buen ritmo conforme al proyecto de intervención redactado por los técnicos del Servicio de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra y que dirigen los restauradores Violeta Romero y Javier Sancho. Pese a que el trabajo es minucioso, extremadamente detallado y, por tanto, lento, los primeros avances que se van a poder observar en las visitas guiadas a la ciudadanía muestran que el resultado final va camino de ser óptimo.

El propio alcalde de Tudela, Eneko Larrarte, se mostraba boquiabierto durante la visita oficiosa que se realizó el pasado martes con autoridades y representantes de las instituciones que financian el proyecto. “Creo que se va a sacar más incluso de lo que esperábamos”, comentó el primer edil. Uno de los aspectos que más resalta tras las primeras actuaciones, en el rosetón, la pasarela, la cornisa y la parte superior de las arquivoltas, es el nivel de detalle que se ha conseguido resaltar en cada pequeño rincón del conjunto escultórico. Los ángulos de los rostros o los pliegues de los ropajes de las esculturas se palpan ahora con mucha más nitidez y claridad que antes de la restauración. “La escultura de esta portada es impresionante”, manifestó la restauradora de Gobierno de Navarra, Violeta Romero.

Precisamente una de las acciones que más dedicación está requiriendo por parte de los trabajadores de la empresa vitoriana Artyco SL es la limpieza de la piedra, realizada por fases y analizando cada una de las capas de suciedad que cubren la portada. La primera de esas barreras visuales, formada por polvo y barro, estaba seguida de una costra negra que, según las apreciaciones de los restauradores, modificaba sustancialmente la impresión general de la portada. Una vista que es la de multitud de vecinos y turistas que cada día transitan por la calle Roso. Gracias a la limpieza, en primera instancia con brochas, cepillo, aspiración y espátula, con medios químicos y mecánicos después, se ha logrado pasar de una “portada negra” a una “portada blanca”, en una analogía que dibujó Romero en la mencionada visita con autoridades.

Limpieza

Medios técnicos

La precisión de los trabajos de limpieza está siendo milimétrica. Antes de eliminar las diferentes capas de suciedad, se han analizado con detalle los estratos y se ha valorado la conveniencia de retirar dichas capas o, en cambio, conservarlas. En este punto, la utilización de medios técnicos como las lentes de aumento o el microscopio digital ha cobrado una importancia capital a la hora de tomar decisiones. Como explicó Romero en la visita, un ritmo fluido de trabajo supone la adecuación de una figura por día, aunque en otras ha sido necesario detenerse aún más tiempo. “El equipo tiene una gran responsabilidad, la de identificar y analizar cada zona de manera minuciosa. Hay un soporte científico detrás que a veces no se termina de ver en las restauraciones pero que se hace imprescindible. Esperamos que, con las visitas, también sea posible apreciar esa parcela”, expresó Romero.

Pigmentos

Detalles de policromía

También los medios técnicos han resultado claves en la búsqueda del que podría considerarse el Santo Grial de esta restauración: la policromía. Si bien desde la Institución Príncipe de Viana se advirtió sucesivamente de la dificultad de hallar restos de la policromía original de la portada, lo cierto es que se han producido avances significativos en ese aspecto. Especialmente claros son los ejemplos de algunas zonas de las tallas que, por su ubicación, han resistido mejor a las inclemencias meteorológicas, tales como el viento o el agua. Concretamente en las áreas superiores de las arquivoltas, donde se han realizado catas aleatorias con microproyecciones de piedra pómez, es posible observar detalles de color en algunas figuras. Barbas de color rojizo, ojos más oscurecidos o mejillas anaranjadas, siempre con el inevitable deterioro por el paso de los siglos con respecto a la talla original, se pueden vislumbrar agudizando un poco la vista, así como otros restos en tallas de prendas de las figuras.

En las próximas semanas, el equipo de Artyco SL avanzará en este objetivo concreto y, poco a poco, se confirmará hasta qué punto se ha conservado la policromía original. No obstante, los restauradores no descartan que los rostros de las figuras esculpidas estén aún policromados al completo y ya se muestran muy satisfechos por la homogeneidad que está resultando de los trabajos de limpieza. Otro de los hallazgos que más curiosos ha resultado hasta ahora es el de decoración vegetal en los canecillos del lado norte.

El trabajo en las zonas de la cornisa ha consistido en la sustitución de los sillares necesarios para conseguir que cumplan su función, que no es otra que la de parapetar el agua y hacerla caer hasta el suelo. Como refuerzo, las áreas de los arcos más exteriores de las arquivoltas se están rellenando con mortero artificial con el objetivo de aumentar esa protección frente al agua y la humedad para las tallas.