quÉ afición tenemos a echar las culpas a todo bicho viviente que nos rodea. El ser humano suele buscar siempre excusas que exculpan su responsabilidad en sus acciones y, normalmente, buena parte de esas razones van a parar a los brazos de otros. Sin duda eso es lo que pasa con la limpieza. Cierto es que en estos cuatro años no se ha mejorado mucho en la limpieza de la ciudad y habrá que ver qué sucede con el nuevo pliego, en el que la Mancomunidad de Residuos pasará a aunar a 17 localidades para tratar de tener una mejor gestión de la limpieza urbana. Vaya por delante que mi impresión es que la suciedad de Tudela seguirá muy parecida porque el problema de la Ribera y de su capital no se encuentra en limpiar, sino en no ensuciar. Los ciudadanos tenemos que darnos cuenta de que la posibilidad de que las cosas cambien (como sucede en política y en la mayoria de los aspectos sociales) no se encuentra en la gestión ni en los pliegos ni en el dinero que se gaste en ello, sino en que los vecinos tomen cartas en el asunto. Mi reflexión surge después de que el otro día viera cómo a plena luz del día varias personas de mediana edad (más mediana que la mía) terminaban de fumar fuera de un bar y tiraran las colillas al suelo. Ese gesto, que era tan habitual cuando los de mi generación éramos pequeños y jóvenes, ahora llama mucho la atención. Repito siempre que lo que hacemos en la calle no lo hacemos en nuestras casas y la concepción es la misma. La calle es tan nuestra como nuestra casa y no vale pensar que luego vendrá un barrendero para limpiar mi dejadez y mi falta de civismo. Sí. Una colilla es una tontería pero lo importante es el gesto y la seguridad de que si hacen eso habitualmente no enseñarán a sus hijos o los menores cercanos a que las bolsas no se tiran al suelo, que no se desperdicia comida, que todo en la vida tiene un segundo uso y que es importante reciclar? Ahí es donde tienen que tomar cartas en el asunto las administraciones. En concienciar a empresas, supermercados, vecinos, comercios... Limpiar es importante, sí, pero las campañas centradas en los niños, en los colegios son la base y el germen de todo y para eso no vale la misma campaña publicitaria que se hace cada año. Hay que pisar calle y remangarse. A la Ribera le queda mucho trabajo por hacer y vamos ya con mucho retraso.