La tarde del 3 de agosto, un joven de 16 años llamado Jesús Navarro Blasco estaba encerrado en el salón de plenos del ayuntamiento de Buñuel junto con decenas de hombres. Aquel día vio como sacaron a los jóvenes Esteban Tristan Chueca (20 años), Faustino Aguirre Lavilla (18 años, músico de la banda municipal), Iñigo Rodero Cacho (19 años) y Gregorio Mazas Nogués (de 31 años), unos fusilados en Gallur y otros en el propio Buñuel.

Según se relata en Buñuel, a Gregorio el tiro que le alcanzó no lo mató. Quienes le fusilaron no le dieron el tiro de gracia. Al amanecer pasó por el lugar un hombre al que pidió ayuda, “ve a mi casa y dile a mi mujer que estoy vivo y que te de unas alpargatas... que ya volveré algún día...”; a lo que le contestó: “No te preocupes, espera aquí que yo mismo te las traigo...”. El vecino al que Gregorio pidió ayuda resultó ser del bando falangista y dio aviso y un falangista llegó y mató a Gregorio.

Ese relato se narró el pasado sábado en Buñuel en boca del escritor Pedro José Francés, que participó en un acto organizado por el recién nacido colectivo Buñuel 1936, integrado por familiares de las 52 personas asesinadas en Buñuel en 1936. La decimonovena edición de este acto se centró en el relato que Jesús Navarro realizó en 1989 al escritor Pedro Francés. Navarro, tras ser cogido preso en Ribaforada, fue encerrado en el salón de plenos del ayuntamiento de Buñuel donde los guardias civiles les golpeaban y obligaban a hacer el saludo fascista y cantar el himno de la falange, “todo ello en presencia de gentes de comunión y misa diaria”.

Este año ha sido el primero en el que un representante municipal ha estado presente en el acto, el alcalde del Ayuntamiento (Enrique Litago, del PSN) y también la primera ocasión en que el Consistorio cedió sillas para los asistentes. Tras el cambio de gobierno el pasado mes de mayo (gobiernan tras llegar a un acuerdo Cambiemos Buñuel y PSN) el nuevo Ayuntamiento se ha acercado a este colectivo que reivindica la memoria histórica.

Según señaló Francés, “estamos a las puertas de cambiar la memoria de Buñuel, ya que este pueblo ha sido un ejemplo vergonzoso de contramemoria. A partir de ahora seamos ejemplo de la memoria con todo el planteamiento que hacemos de revertir el relato que se ha hecho por los vencedores”. En este sentido, el grupo de memoria histórica, Buñuel 1936, tiene previsto presentar al nuevo Ayuntamiento “60 propuestas de memoria histórica para realizar en esta legislatura que se basan en la idea de que si bien los hechos aquí acaecidos en el verano de 1936 más o menos se conocen, no todos. La realidad se resume en que a 52 personas las sacaron de sus casas y las llevaron a matar. Hay una lucha importante por la que no se reconoce nunca que fueron asesinados”.

Ángel Cervera. Ángel Cervera, de 89 años. Mataron a su padre cuando tenía 6 años. Suele ser uno de los habituales en estos homenajes aunque lleva viviendo 50 años en Barcelona.

Julio Fernández. Una nieta del asesinado Julio Fernández acudió a Buñuel desde Cambrils, por primera vez, tras enterarse de la existencia de este acto de memoria histórica por mediación de una prima de Bilbao que está en el grupo de memoria histórica Buñuel 1936. Julio Fernández Castillo, de 38 años, llevaba muy poco tiempo en Buñuel cuando fue detenido. Viudo, con tres hijas, convivía “en pecado” con María, una mujer que tenía otro hijo. Fernández “tenía en arriendo el bar Las Vegas”, dijo su nieta, “delito grave suficiente como para fusilarlo”.