- El hotel Bed4U de Tudela y el Balneario de Fitero han sido ya adaptados para realizar distintas funciones dentro del servicio sanitario de la Ribera y si por un lado el hotel acoge ya desde el pasado miércoles a cinco pacientes del Reina Sofía, el Balneario de Fitero a partir de mañana comenzará a recibir a personas de residencias de mayores de la Ribera que tengan la enfermedad pero no necesiten ingreso hospitalario.

“Estamos donde tenemos que estar. Tratamos de devolver a la comunidad algo de todo lo que nos ha dado. Nos hemos dedicado durante mucho tiempo a mimar a los clientes y ahora es el momento de mimar a los pacientes”. Bajo esta premisa el director del hotel Bed4U de Tudela, Fran Comín, antes de la situación de alarma ofreció ya sus instalaciones al área de salud de Tudela, “les dije ‘si en algún momento tenemos que cerrar y si se satura el hospital podéis contar con el hotel’ y me contestaron ‘Dios no quiera que haya que usarlo’ y les dije ‘Dios no quiera que haya que cerrar el Hotel’”, al final hubo que cerrarlo y ha habido que usarlo”, recuerda Comín. Así, desde el miércoles un grupo de 23 personas han creado un pequeño hospital con 18 habitaciones individuales en una planta donde se han ingresado a cinco pacientes en condición de “prealta”. Según Comín, “en realidad vienen a terminar la cuarentena porque en su casa tiene problemas para hacerlo”. El hotel cuenta con 47 habitaciones, de las que han acondicionado 18 y puestas individuales, “quitamos un montón de cosas accesorias y quedó lo básico con una televisión y un mando a distancia. Es un llave en mano, les hemos dejado el hotel y lo operan ellos totalmente”. Comín explicó maravillado como el primer desembarcaron 23 personas para prepararlo, “vinieron a las 8 de la mañana y a las 15.30 estaban entrando pacientes”.

Comín hizo hincapié en que desde atención primaria les han señalado que no creen que necesiten más espacio y que les sirve para liberar camas del hospital.

También el director del Balneario de Fitero ofreció sus hoteles antes de que llegara la situación extrema. “A principios de marzo, viendo lo que se podía venir, hicimos un ofrecimiento al Gobierno de Navarra diciendo que nos poníamos a su disposición”, explicó ayer su director Raimundo Azpilicueta. Desde esta instalación ofrecieron ambos hoteles pero Salud apostó por el Palafox, más pequeño y manejable que el Becquer. De esa manera durante el día de ayer voluntarios y personal de la brigada de Fitero estuvieron adaptando las instalaciones para adecuar 48 habitaciones individuales a otros tantos residentes, si bien, hasta el momento, se desconoce, cuántos podrían llegar.

Quienes se van a alojar en el balneario son personas con coronavirus pero con afecciones leves y que deben pasar la cuarentena. Como en el caso de Tudela, ha sido el departamento de Salud quienes se encargan del catering, de la lavandería y de la limpieza, además del cuidado de los enfermos. Desde el Balneario se deja una persona para el mantenimiento de las instalaciones, además del director, para la gestión, y un médico de los que ya trabajan en el centro. Según señaló ayer el director se espera que los pacientes lleguen entre mañana por la tarde y el sábado. “Hoy -por ayer- están los de riesgos laborales para delimitar las zonas sucias de las limpias y mañana está previsto que venga la UME a hacer una desinfección, A partir de ahí vendrán los residentes”.

El Balneario cerró sus puertas el 15 de marzo y se vio obligado a realizar un ERTE con sus 185 trabajadores, despidiendo, como hacen al final de la temporada, a los que son fijos-discontinuos.