- El tanque de tormentas realizó de forma correcta su función y la inundación de varias calles de Tudela (avenida del Barrio, avenida de Zaragoza, avenida del Instituto, Blanca de Navarra y calles cercanas a la plaza de toros) se produjo porque las alcantarillas no pudieron asumir el incremento de agua en una conducción en la que las agua pluviales y fecales van por la misma conducción. Así lo explicaron ayer desde NILSA después de que en Tudela se produjeran inundaciones precisamente en la zona para cuyo desahogo se construyó el Tanque de Tormentas en 2008.

Desde este organismo añadieron que la solución a los problemas que sufre Tudela, de no poder asumir las grandes precipitaciones, tiene dos alternativas: por un lado hacer un doble alcantarillado, separando las aguas fecales de las pluviales o, como segunda opción, crear zonas de drenaje, una solución que se ha puesto en práctica y que se está experimentando en la UPNA de Tudela. Se estima que el pasado domingo en menos de una hora cayeron en Tudela 40 litros por metro cuadrado, de los que 26 fueron en una hora. Según explicó NILSA, “el tanque de tormentas comenzó a recibir agua a las 17.00 horas, la almacenó y no la fue soltando hasta las 19.15 horas para terminar a 21.37 horas a una depuradora para después verter al río Ebro”.

El tanque de tormentas que se construyó en Tudela en la zona de la Azucarera, y que tuvo un coste de 2,6 millones de euros, tiene una capacidad de 4.000 metros cúbicos, unas dimensiones de 20,8 x 40,8 metros y una altura de 7,55 metros. Su caudal de entrada de agua es de 5 metros cúbicos por segundo, y el de salida de 120 litros por segundo.

El objetivo es asumir el agua de lluvia que superaba la capacidad de los colectores principales, ya que cuando se colapsan el agua sale a la superficie y provoca inundaciones en algunos puntos de la ciudad, especialmente en la zona bajo el Barrio de Lourdes que, al estar más alto, envía toda el agua a las calles bajas que es donde más problemas tenían. El tanque permite asumir ese agua sobrante y almacenarla hasta que bajen los niveles para, a posteriori, ir soltando de forma progresiva y conducirlo a la depuradora antes de verterla al río, ya que se trata de aguas pluviales y fecales. Una vez tratada, se devolverá al Ebro.

En el campus de la UPNA en Tudela, los trabajos se centraron en construir áreas de drenaje en el aparcamiento y en convertir zonas impermeables en zonas permeables (combinando el propio terreno natural con material granular seleccionado y vegetación, en sustitución de pavimentos hormigonados o asfaltados) que permitan que el agua de lluvia se filtre directamente al terreno en el que cae y no sea de ser canalizada.