El Consorcio de Residuos de Navarra no tiene ninguna noticia del plan de despliegue que debe realizar antes del 1 de enero del 2022 la Mancomunidad de Residuos de la Ribera para implantar los contenedores de recogida de materia orgánica en los 19 municipios que componen esta entidad. El pasado mes de marzo el presidente de la Mancomunidad, Fernando Ferrer, destacó en la asamblea que en 3 ó 4 meses se iba a comenzar a instalar en la Ribera el conocido como quinto contenedor y que, en una primera fase se colocaría en Tudela, Cintruénigo, Corella y Fitero.

La Mancomunidad ha realizado esta misma afirmación hasta en cuatro ocasiones desde 2014 y en ninguna de se ha cumplido lo anunciado. De hecho, según los datos de la consejería de Medio Ambiente, en 2019 el despliegue en Navarra del quinto contenedor (restos de alimentos y de vegetales) alcanza al 84% de la población mientras que en la Mancomunidad de la Ribera "el despliegue en la ciudadanía es mínimo (o nulo)". De hecho se podría decir que todo Navarra tiene quinto contenedor menos la Ribera.

El próximo 1 de enero de 2022 se deberá haber alcanzado el despliegue completo de la recogida selectiva, es decir, el 100% de la población deberá tener acceso por lo menos a un modelo de captura de materia orgánica (contenedor, puerta a puerta, compostador doméstico o comunitario) para que cualquier ciudadano pueda depositar la materia orgánica generada. La Mancomunidad tendrá que acelerar mucho los pasos para poder llegar a cumplir la ley y no tener que hacer frente a una posible sanción.

Pese a esta obligatoriedad y la posibilidad de sanciones resulta curioso que nueva Ordenanza reguladora de la gestión de los residuos sólidos urbanos (aprobada en enero de 2021) señala que "en principio, la recogida selectiva de materia orgánica para los vecinos o domicilios de la Mancomunidad será de adhesión voluntaria, pudiendo implantarse su obligatoriedad posteriormente". Aunque también se indica que "depositar los residuos sin separarlos por fracciones o en contenedores" es considerado una infracción leve, con posibilidad de multas de entre 60 y 2.000 euros.

Buena muestra de que la Ribera se encuentra a la cola en la recogida selectiva de residuos orgánicos lo representa el hecho de que en 2019 en Navarra se capturó el 33% de la materia orgánica generada, si bien en el caso de la Mancomunidad de la Ribera la captura se situó en el 2%. La Ley Foral de Residuos señala que el "objetivo de recogida selectiva de materia orgánica de los residuos domésticos y comerciales es del 50% en peso para 2020" y del 70% para 2027.

En agosto de 2014 la Mancomunidad de la Ribera presentó un escrito para informar del comienzo del despliegue de la recogida selectiva de materia orgánica en principio solo para grandes generadores (restaurantes, hospital, supermercados...), y para los vecinos que quisieran. Se colocaron 67 contenedores en Tudela, Fontellas, Ribaforada, Buñuel, Fustiñana, Cabanillas y Cortes, con una ruta única de recogida que lo depositaba en Caparroso. Dieron llaves a los grandes generadores (unas 600) y a 66 viviendas que lo habían solicitado. En 2015 se recogieron 15 toneladas, 108 en 2016, 243 en 2017, 239 en 2018, 296 en 2019 y 301 en 2020. En 2015 se preveía llegar a Corella, Cintruénigo y Fitero y de manera sucesiva en toda la Mancomunidad a principios de 2016.

En junio de 2020 el presidente de la entidad, Fernando Ferrer, anunció que iban a invertir 340.000 euros en la compra de 340 contenedores de carga lateral y otros 140 más pequeños de carga trasera para el casco viejo. Todos para residuos orgánicos. Señaló que comenzarían "una serie de campañas publicitarias con la población (explicando puerta por puerta) para tratar de conseguir entre 2.000 y 3.000 toneladas en los primeros meses, pese a que la cifra a la que hay que llegar es de 8.000 toneladas". Cubrirían así 56.000 de los 90.000 habitantes de la Mancomunidad.

Un año después solo se sabe que existe un pliego para desplegarlo en Tudela, Cintruénigo, Corella y Fitero, aunque en función de las ayudas de Navarra o del Estado el tiempo se podría reducir.

Ferrer volvió a anunciar de nuevo en marzo de este año que destinaría 664.290 euros para la compra de 900 contenedores -340 de carga trasera y 540 de carga lateral-, de los que 500 irían destinados a la implantación de la primera fase de recogida selectiva de residuos orgánicos. De nuevo, hasta el momento, nada se sabe y quedan siete meses para cumplir con la ley y que los 90.000 habitantes tengan acceso a un contenedor de basura orgánica.