En solo cinco años la recogida y consumo de envases en la Ribera se ha incrementado en un 57%. Eso significa que en 2020 la Mancomunidad recogió 2.296 toneladas, frente a las 1.462 de 2016, una diferencia de 834 toneladas en solo cinco años en los que el incremento y la multiplicación del uso de envases ha sido exponencial.

Así en aquel año 2016, cada uno de los 87.647 habitantes que agrupa la Mancomunidad generaba al año 16,68 kilos de envases, mientras que el año pasado la cifra llegó a los 25,8 kilos por habitante y año.

Esto se demostró los meses de abril, mayo y junio, durante el confinamiento, en que fue creciendo paulatinamente de 255 toneladas a 265 y finalmente 315. Una tendencia que no puede ir más en contra de la Ley de Residuos de Navarra y de cualquier política sostenible destinada a la basura, donde se pone el acento en evitar la generación de residuos más incluso que en su recogida o reciclaje.

Si se observa a distancia menor y se compara con 2019, la cantidad de envases recogidos en la Mancomunidad de Residuos de la Ribera alcanzó las 1.994 toneladas, lo que significa que en solo un año el aumento fue de 302 toneladas, un aumento en un 15,14%.

Éste es solo un aspecto del balance de la última recogida de las basuras de la Ribera el pasado año, un año especial por el confinamiento y por la pandemia que ha hecho que algunos parámetros se incrementen de forma muy especial pero que, a grandes rasgos, no haya variado en demasía la composición de la basura.

El otro aspecto más destacado de las cifras registradas en 2020 fue el de voluminosos. El confinamiento lanzó a todos a la limpieza y orden de las casas ante la imposibilidad de realizar otras acciones, lo que ha desembocado también en una fiebre de búsqueda de nuevas viviendas o de reparación y mejora de las propias.

La traducción es que la recogida de los voluminosos ha pasado de las 2.178 toneladas de hace 3 años, en 2018, a las 3.396 toneladas de 2020, un incremento del 55,92%. De hecho se ha pasado de 24,84 kilos por habitante y año a los 37,66 de 2020. Respecto a 2019 este incremento sería del 18,75%.

Pese a este importante aumento de recogida de basura, en líneas generales se podría decir que ha habido una pequeña reducción ayudada, acompañada del aumento de población en la Ribera.

Así, en 2020 la cifra superó por primera vez los 90.000 llegando a 90.167; 1.281 vecinos y vecinas más. Eso permite que dado que la basura recogida en los contenedores de resto fue prácticamente la misma en 2019 que en 2020 (31.164 toneladas por las 31.187 del último registro) lo que deposita cada vecino sea menor. Significa que cada ribero o ribera pasó de generar 350 kilos en un año para el contenedor verde, a los 345 kilos. En el histórico la cifra más alta se registró en 2008 con 32.845 toneladas, cuando cada uno vertía más de 370 kilos en los contenedores verdes de resto.

En los demás aspectos la disminución ha sido la regla general, como sucede con el papel o con el vidrio, dos materiales que se han visto muy mermados por la disminución de periódicos e incluso el cierre de negocios y, por otro, por las limitaciones con las que ha abierto la hostelería, cuando ha podido abrir.

Así la recogida de vidrio descendió en un 10,3%, lo que significa 150 toneladas menos, bajando de las 1.603 a las 1.453 toneladas; 16,3 kilos por habitante, los mismos parámetros que en la media española.

Respecto al papel se recogieron 3.401 toneladas, 38,3 kilos por habitante de la Ribera, más del doble que los 18,1 de la media española. La cantidad recogida supuso el evitar la tala de 57.811 árboles y la emisión de 7.822 toneladas de CO2.

Por último, la ropa y calzado también descendió un 8,44%, perdiendo 13.168 toneladas con respecto a las cifras de 2019 ya que de 155.814 se ha pasado a las 142.651 de 2020. En parámetros individuales la cantidad vertida a los contenedores de ropa y calzado es de algo más de 1,5 toneladas por habitante y año.

En el global, según las cifras que aporta la Mancomunidad, el 45% de la basura fue al vertedero para ser enterrada, mientras que el 55% restante fue “reciclada o recuperada”.