- Sí se puede. En Tudela se pudo organizar una buena corrida de toros en la que destacó la buena organización, el buen ambiente y el resultado ganadero y artístico. El organizador cuidó todos los detalles: albero, indumentarias y todo un etcétera en el que gustó el engalamiento con banderas (a tresbolillo nacionales, navarras y de Tudela en las 135 delanteras de grada). La corrida escogida de Guadalest estuvo muy bien presentada, bonita y seria. El tercero, Rinconero, fue ovacionado en el arrastre póstumo e, incluso, se pidió para él la vuelta al ruedo. Con este bravo ejemplar cacereño de sangre Núñez y Torrestrella, Alberto López Simón se reencontró con el toreo de clase y hondura que blandió en sus primeros años de alternativa y, además, refrendó con una faena maciza el triunfo de su exitosa presentación en época prepandemia de 2019 por Santiago y Santa Ana. El albero y el silencio en Tudela fueron maestrantes. Gran ambiente, respetando el tiempo de actos y entreactos de los aficionados. Escuchándose mejor que nunca por pagos forales el diálogo entre toreros y toros. Todo aderezado con una Banda de Música de Tudela sensacional.

López Simón no pudo abrochar la tarde con un sexto más parado y con falta de transmisión. Mas su manufactura anterior ante Rinconero mantuvo y mantendrá vitola por mucho tiempo. Además, dejó como rúbrica una estocada de premio.

Manuel Escribano apechugó con el lote más deslucido. Su primero, un segundo que atendía a Ventolín, se agarró mucho al piso y sólo regaló medias acometidas ante los engaños. El sevillano lo intentó todo y se ganó el favor del personal mostrando la impotencia con un personal desplante tocando los dos pitones del toro tras tirar los trastos. Espadazo y oreja a la entrega y simpatía. Quiso Escribano ganarse otra oreja y poder acompañar a Simón en la reseña triunfal con los mismos argumentos ante otro deslucido toro: se trataba de un colorado encendido de capa, pero atacado por un cortocircuito que lo tornaba en alborotón y descompuesto hasta terminar reculando en manso. El acero, peor; y la cosa quedó en ovación. No estuvo bien El Fandi. Alegró en banderillas, que compartió con Escribano en los primeros toros. Con la muleta, vulgar y tramposillo, se dejó escapar un buen lote.

Ganadería. Seis toros de Guadalest. El 2º, cinqueño. Bien presentados, nobles y manejables. De gran nota el 3º y con muchas posibilidades 1º y 4º. Más parados y complicados el resto.

El Fandi. Estocada atravesada y descabello (ovación). En el 4º, media baja, pinchazo hondo (ovación).

Escribano. Estocada (oreja). En el 5º, estocada (ovación tras aviso).

López Simón. Estocada (dos orejas tras aviso). En el 6º, dos pinchazos, estocada y descabello (silencio).

Presidencia. Bien, a cargo de Luis Arrondo.

Incidencias. Tarde agradable. Mil espectadores, casi todos en sombra.