Más de un centenar de bombos y tambores se han dado cita este jueves en la plaza Vieja de Tudela para celebrar la Rompida de la hora que se lleva a cabo por sétimo año, tras los dos de parón obligado por el confinamiento y la pandemia de 2020 y 2021. La participación de personas fue mayor que en años anteriores y también hubo alguna cofradía invitada como la de Cenicero (La Rioja). Pese a todo, desde la Asociación de Cofradías se ha llamado la atención por la falta de jóvenes que sigan con la tradición de los tambores de Semana Santa. Especialmente llamativo fue el gran número de público que siguió la Rompida que se prolongó durante casi una hora.

Durante los primeros 20 minutos estuvo sonando sin parar el estruendoso sonido de Semana Santa, haciéndolos todos al unísosno con el mismo tono. Este acto comenzó a realizarse en 2014 a iniciativa de la Asociación de Cofradías de Tudela. Los dos primero años la Rompida de la hora se celebró en la plaza de Mercadal, pero ante las quejas de los vecinos de la zona y la petición de la Mesa del ruido de la capital ribera se decidió trasladarla a la plaza Vieja, junto a la Catedral, donde la Asociación de Cofradías, pese a cierto recelo inicial, ha encontrado un acomodo idóneo y el mejor marco para celebrar este acto.