unzué - Aunque actualmente no queden muchos restos físicos del castillo de Guerga, en el pasado esta construcción “formó parte del sistema defensivo del Reino de Navarra, hasta que se mandó destruir en tiempos de los reyes tras la conquista de Navarra”, tal y como señala el historiador Iñaki Sagredo. Situado en la Peña de Ujué, estaba en contacto con las fortificaciones de los demás montes de alrededor, de forma que todos “tenían ideada una forma de verse y de señalizarse en caso de peligro”. Un sistema de comunicación que pasaba por Montejurra, el castillo de Monjardín, la sierra de Codés, donde había dos castillos, el Cerco de Artajona y Larraga, que contaba con otro.

Esta posición privilegiada les permitía “controlar todo el paso de la Valdorba que llegaba hasta la zona de Aibar” y ver con más facilidad los ataques que venían del sur de la Cuenca de Pamplona. Pero no solo eso, este castillo también tiene una “historia a veces cruel”, ya que también sirvió de prisión. “Lo que ocurrió fue que hubo una fuga, los presos se escaparon y mataron al responsable del castillo, que era el alcaide. Después los pillaron en Pamplona y los colgaron allí”, cuenta Iñaki a modo de “anécdota macabra”.

Por lo que han descubierto hasta ahora, como un carbón que sacaron de la cimentación de un muro de cierre de abajo del monte, datan el castillo del siglo XI o XII. “Las cerámicas que nos salen y todas las vidriadas son también de ese rango cronológico”, comenta el arqueólogo Julen Azcona. Arriba en la torre también se encontraron con una destrucción “que corresponde con el año 1.512, que coincide justo con la época de la conquista”. - Leticia Malón