Un "no chupinazo" ha dado inicio este mediodía a los "no Sanfermines" de 2020, las internacionales fiestas de Pamplona, que este año han sido suspendidas a causa de la pandemia del covid-19.

Este año, a las doce en punto del 6 de julio, en la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona se ha vivido una situación inédita. No ha habido lanzamiento de chupinazo, no se han congregado miles de personas en la Plaza Consistorial, ni las autoridades han salido al balcón para anunciar el inicio de las fiestas.

Pero, a pesar de la limitación de aforos, y los estrictos controles de seguridad en el centro de Pamplona, un grupo de personas ha querido celebrar, vestidas de blanco y rojo, el inicio de estos "no Sanfermines" en la Plaza Consistorial.

Una hora antes de mediodía, la mayoría de pamploneses transitaba "de paisano" por el centro de la ciudad como un día cualquiera y las terrazas de la Plaza del Castillo, donde hoy estaba limitado el aforo a 3.675 personas, se encontraban medio vacías.

Poca gente había en los bares del casco Viejo de Pamplona. "A verlas venir", ha comentado a Efe un camarero mientras limpiaba la barra con un trapo.

En la terraza de un bar de la calle Estafeta, un grupo de navarros y riojanos, con una amiga dominicana, se disponía a almorzar a las 11,00 horas. "No hemos podido resistir la tentación", ha afirmado uno de ellos, que ha destacado no obstante que, de las 33 personas que se hubieran juntado en unos Sanfermines normales, este año solo 8 han acudido a Pamplona.

"Tengo hambre de San Fermín", ha señalado a Efe una pamplonesa que entraba a esa hora en otro bar de la calle Estafeta para almorzare con unos amigos. Vestía de riguroso blanco y rojo: "Llevo 53 años vistiendo de pamplonica en Sanfermines. Estaría bueno que este año no lo hiciese", ha asegurado.

A las 11,15 horas, la Plaza del Ayuntamiento estaba tranquila. Todos los accesos a la plaza estaban controlados por Policía Municipal y Policía Foral, que contaban una a una el número de personas que entraban para no superar el aforo máximo permitido hoy, que era de 400 personas. "Esperamos que la gente actúe con responsabilidad", ha indicado una agente.

En ese momento, había en la plaza más periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión que personas dispuestas a asistir al "no chupinazo" de este año. Uno de estos últimos, entraba a un local de la plaza para almorzar: "¡Cómo voy a renunciar, si he nacido en la calle Mercaderes!, ha comentado. Y mañana, 7 de julio, festividad de San Fermín, "el estofadico de toro que no falte", ha indicado.

Una pareja de Zaragoza, después de almorzar, se tomaba un café tranquilamente sentados en una terraza de la plaza. Se habían desplazado a Pamplona tras visitar Olite. Estar un 6 de julio a mediodía en una terraza de la plaza "es lujo" imposible de disfrutar hasta ahora, han destacado.

A partir de las 11,30 horas, han ido llegando algunas personas ataviadas de blanco y rojo a la plaza. A las 11,45, las campanadas de los cuartos han sido recibidas con los habituales gritos de júbilo, que este año se proferían más en broma que en serio.

Al haber espacio de sobra en la plaza, muchos padres aprovechaban para hacerse fotos con sus hijos frente a la fachada de la casa consistorial poco antes de las doce. Era una oportunidad que nunca se había presentado y que en el futuro, ojalá, no volverá a producirse.

La Policía Municipal daba por completo el aforo de la plaza a las 11,55 horas y cerraba el acceso, aunque el ambiente era de absoluta tranquilidad.

Y por fin sonaron las campanadas de las doce. Un espontáneo se veía arriba y arengaba a las 400 personas congregadas en la plaza con el tradicional grito de "¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!", mientras sonaban cohetes y desde un balcón del Ayuntamiento se desplegaba un gran pañuelo rojo con el lemas "Los viviremos", que deja a las claras las intenciones de los pamploneses para el 6 de julio de 2021.