Puy Trigueros: “Cada vez que eliges un vino Navarra, eliges cómo quieres que sea el futuro de esta tierra”
Con más de 8.000 hectáreas de viñedo repartidas por cinco subzonas, la Denominación de Origen Navarra no solo sostiene una parte esencial del tejido económico de la Comunidad Foral —representando a más de 1.300 viticultores y 84 bodegas—, sino que actúa como freno a la despoblación rural y como garante de un paisaje que cambia de color con las estaciones. Al frente del Consejo Regulador se encuentra Puy Trigueros, quien defiende con convicción el potencial estratégico de un sector que combina tradición, innovación, identidad territorial y proyección internacional
La DO Navarra cuenta con una larga trayectoria y un arraigo indiscutible en el territorio. ¿Qué peso real tiene en la economía de la Comunidad Foral?
La DO Navarra representa a 1381 viticultores y 84 empresas productoras. Con algo más de 8.000 hectáreas de viñedo, repartidas por 5 subzonas de Navarra. Este reparto es precisamente lo que caracteriza a nuestra Denominación de Origen, que presenta una gran capilaridad en el territorio y un impacto claro en la lucha contra la despoblación del ámbito rural.
Económicamente, el pasado año 2024 se comercializaron más de 25 millones de litros de vino DO Navarra, el 26% en el mercado exterior, por lo que el impacto del vino en las exportaciones de la Comunidad Foral es también notable. A pesar de que son momentos difíciles para el sector, con una bajada importante del consumo, que repercute sin duda en los resultados económicos, las bodegas navarras han trabajado adaptando su oferta y peleando por mejorar más si cabe la calidad para competir en un mercado en el que el volumen pierde peso frente a la calidad.
La viticultura y el vino son más que una actividad económica: están ligados al paisaje, la identidad, la cultura. ¿Cree que Navarra es suficientemente consciente del valor estratégico de su sector vitivinícola?
Según el dicho, nadie es profeta en su tierra y en parte es cierto en Navarra. A pesar de la calidad de nuestros vinos, a la altura de cualquier región productora del mundo, en Navarra el vino tinto más consumido sigue siendo Rioja. La DO Navarra lidera el consumo de blanco y rosado en la Comunidad Foral, pero seguimos peleando para que se reconozcan nuestros excelentes tintos.
Porque esto no es sólo una cuestión de aportar por el producto local porque sí, es elegir un producto que no sólo aporta el disfrute de degustarlo y compartirlo, sino que, además, ayuda a mantener vivos nuestros pueblos y también colabora a seguir teniendo preciosos paisajes de viñedo que cambian de color con las estaciones y que hacen que recorrer Navarra en verano o en otoño sea una maravilla.
La próxima vez que estéis en la barra de un bar o ante la carta de vinos de un restaurante, pensad en cómo queréis que sea Navarra; porque esa pequeña elección, que parece banal, hará que en el futuro tenga paisajes de viñedo maravillosos y niños y jóvenes en nuestros pueblos.
¿Qué políticas o herramientas considera clave para garantizar la competitividad del sector y el relevo generacional en el medio rural?
Es muy importante mantener e incrementar las ayudas al sector para favorecer el cambio de modelo hacia la calidad y el valor añadido. Pero esas ayudas tienen que mejorar la competitividad del que quiere vivir de esto. No podemos primar los arranques o el abandono del sector porque ese dinero se necesita para los que quieren seguir. Si premiamos el abandono, nos encontraremos pronto sin viñedo, sin vino, sin empleo y con pueblos desiertos.
La promoción también es un elemento clave para la competitividad del sector. Tenemos grandes DOs en el entorno invirtiendo millones de euros en promoción y si queremos competir con esas Denominaciones hay que hacer también una apuesta clara por la promoción. Si no, salimos a jugar en desventaja y nunca podremos conseguir los objetivos que nos marcamos. Debemos invertir en favorecer la comercialización, pero también en mejorar la imagen general de la DO Navarra orientándola hacia los vinos de valor y apostando por los elementos que nos distinguen del resto. Tenemos que trabajar con un doble enfoque: aportar por nuestro vino en Navarra, incrementando el mercado local y buscar todas las oportunidades que podamos en el exterior y, para ello, es importante que las bodegas estén acompañadas con ayudas a la internacionalización y comercialización.
El relevo generacional también es clave en el sector y se ve que en los lugares donde se ha apostado por el viñedo como medio principal de vida, como es el caso, por ejemplo, de San Martín de Unx, la gente joven se está haciendo cargo de las explotaciones vitícolas y se está dando relevo también en las bodegas y, sobre todo, la gente se mantiene viviendo en el pueblo. Esto es lo que conseguiremos si se apuesta firmemente por el sector.
¿Cómo está evolucionando la imagen del vino navarro fuera de nuestras fronteras?
La oferta vinícola mundial es amplísima y en cuanto salimos de nuestras fronteras la competencia es feroz. En cualquier mercado no productor como Reino Unido o Dinamarca, que son las dos últimas promociones exteriores que hemos hecho, encuentras en el mercado vinos franceses, italianos, australianos y de otras regiones españolas y con eso hay que competir, la mayoría de las veces en precio, porque no tenemos una imagen fuerte como tienen otras regiones. Una de nuestras bazas principales es el rosado, un vino muy de moda en el mundo y en el que sí que tenemos una imagen como DO especialista y líder del mercado nacional. Recientemente nos han invitado a participar en un salón de rosados en Londres como única DO Nacional por nuestra vinculación con el rosado. Este vino puede ser nuestra punta de lanza y nuestro caballo de Troya de entrada para luego vender otros colores y variedades.
¿Cuáles son los mercados más receptivos?
Nuestros mercados más importantes son Alemania y Países Bajos, que cada año se disputan el liderazgo, aunque con similares volúmenes, Alemania es más importante en valor, ya que se vende a un precio mayor. EEUU es también importante, pero tanto como lo es Canadá o México, donde conseguimos más valor en la exportación que volumen. La situación actual de incertidumbre con los aranceles de Trump perjudica al sector, precisamente porque esa incertidumbre hace difícil los acuerdos comerciales. Venimos de unas semanas en las que ha habido tanto cambio que cuando sale el vino de Navarra no puedes saber a qué precio va a llegar a EEUU. Sin embargo, cuando se estabilice la tasa arancelaria puede ser incluso una ventaja para los vinos de Navarra que son más competitivos en precio que otras DOs españolas u otras regiones mundiales y puede ser una oportunidad para entrar en el mercado.
¿Hasta qué punto afecta el cambio climático a la hoja de ruta del sector?
El cambio climático es evidente y en los últimos años todo el sector se está adaptando a esta realidad. Se ha apostado por variedades que soportan mejor el calor y las condiciones variables de nuestro clima, como la garnacha. Esta variedad autóctona tiene la característica de ser muy versátil y nuestras bodegas y viticultores hacen un enorme esfuerzo para buscar los clones que mejor se adaptan a las condiciones climáticas de cada zona de Navarra, que además son muy variables. Tenemos una situación geográfica y unas condiciones climáticas ideales para seguir ofreciendo grandes vinos a pesar del cambio climático.
En un contexto de transformación global, ¿qué papel juega la digitalización en el mundo del vino? ¿Está sabiendo aprovechar el sector las oportunidades de la tecnología?
Tenemos un producto analógico, que se disfruta en analógico y que debe seguir siendo así porque durante la pandemia tuvimos la oportunidad de echar de menos lo mejor del vino, que es compartirlo con otras personas en momentos de disfrute. Pero esto no quita para que podamos aprovechar mucho la tecnología y la digitalización. Ahora mismo ya se aplica desde la viticultura, con controles digitales de campo hasta la elaboración, con bodegas altamente tecnificadas que permiten una producción muy controlada y precisa. También la digitalización es clave en la promoción, aprovechando todas las oportunidades de comunicación y promoción digital que están a nuestro alcance.
Nos queda mucho por hacer, aplicando nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y quizá nos faltan ayudas para desarrollo y, sobre todo, para formación. Es difícil asumir estas inversiones en un momento difícil para el sector y en este apoyo la administración puede también ayudar mucho para tener un sector moderno y adaptado a los tiempos que aproveche todas las oportunidades.
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