El expolítico navarro Javier Del Castillo Bandrés, alcalde de la localidad navarra de Sangüesa durante casi dos décadas por la AISS, ha fallecido este lunes 30 de diciembre de 2024 a los 86 años de edad. Del Castillo fue además parlamentario foral, consejero del Gobierno de Navarra y senador en Madrid.
El que fuera primer alcalde de la democracia en Sangüesa ha sido una figura clave en la política navarra, con una trayectoria marcada por su dedicación al municipalismo.
Javier Solozábal, alcalde de Sangüesa por la Agrupación Independiente San Sebastián (AISS), le ha dedicado unas palabras a través de sus redes sociales: "Gracias por tanto dedicado a tu ciudad, la nuestra, la de todos los sangüesinos y sangüesinas. Defensor del municipalismo desde la creación de la AISS. Gracias por tus consejos de experiencia".
Nacido en Sangüesa el 16 de noviembre de 1938, Javier del Castillo estaba casado con María Jesús Munárriz Mina, con quien tuvo dos hijos. Fue maestro de profesión y miembro destacado del partido Unión del Pueblo Navarro (UPN). Parlamentario foral desde 1979, senador por Navarra en la cuarta legislatura (1989) como parte del Grupo Parlamentario Popular, y consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del Gobierno de Navarra entre 1995 y 1996. Tras la escisión de UPN liderada por Juan Cruz Alli para fundar Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN), Del Castillo se unió al nuevo partido.
Presidió también la Federación Navarra de Municipios y Concejos (FNMC). Del Castillo estuvo cerca de perder la vida en un accidente de tráfico en 1996. "Un vehículo se llevó el mío por delante, mi pobre mujer iba detrás de mí con su coche. Estuve tres días casi muerto. La primera vez que volví a conducir quise pasar por el punto fatídico, me santigüé y... adelante. A las adversidades hay que darles cara con serenidad y fortaleza".
Alli: "En el fondo, él era un hombre de campo: cercano, sereno, consciente de que en la vida todo son ciclos"
Uno de los que más le conocía era el expresidente del Gobierno de Navarra, Juan Cruz Alli. Se ha enterado de la noticia esta mañana, cuando ha podido hablar con la viuda de Javier. Alli ha dicho sentirse “perplejo” por la noticia, porque apenas unos días antes había estado hablando con él. “Me llamó por teléfono para felicitarme la Navidad”, reconoce a este periódico.
Alli dice haber estado “muy unido” a Javier del Castillo, con el que ha compartido una vida política casi simultánea. Se conocieron en la Transición, cuando Del Castillo estaba en la órbita de UCD. Pronto quedó unido al grupo de Jesús Aizpún que puso en marcha UPN, partido con el que Del Castillo llegó a ser senador, aunque siempre sintió que su sitio era Navarra y no Madrid.
Alli define al exconsejero como un “hombre del campo”. Muy vinculado y muy querido en su localidad, Sangüesa, donde fue director de escuela pero siempre cultivó también tierras. Además, era socio del Club Taurino de Pamplona, donde dejó un recuerdo maravilloso como gran aficionado.
“Era muy de la localidad, muy querido, era muy buena gente, de esas personas que se relacionan con todo el mundo”, asegura. “En el fondo tenía mentalidad de agricultor, le gustaban la naturaleza y trabajar el campo, aunque él hizo estudios y fue director de la escuela de Sangüesa, siempre cultivó tierra y eso le hizo ser próximo, natural en el trato, correcto, respetuoso, sereno”, describe.
Ese temperamento personal se notó en la política, donde era un hombre “centrista, sereno, moderado, una de esas personas que sabía que como en la naturaleza, todo cambia y todo son ciclos. Pues así en la política, donde era un buscador de encuentros, de soluciones”.
Así se expresaba Javier Del Castillo Bandrés en una entrevista a este diario en el año 2011:
Ha tocado todos los palos de la política, ¿con cuál se queda?
Sin duda con la política municipal que fue mi inicio y me motivó a avanzar más.
¿Un alcalde de pueblo no tiene envidia del de Pamplona?
Nunca. Fui alcalde de Sangüesa cinco legislaturas y coincidí con Balduz, Chourraut y Jaime. Los servicios, sobre todo, de asistencia al alcalde distaban mucho en Pamplona de los de un alcalde de pueblo. Yo no tenía jefe de gabinete, ni secretaria particular... ahí si tenía una pequeña y sana envidia, aunque con todos me he llevado bien, desde los muy de izquierdas a los más derechosos.
¿Su favorito?
Chourraut porque 25 años antes de coincidir en política nos habíamos conocido jugando al fútbol. Yo era portero del Sangüesa y él, del Urbasa. La política nos volvió a juntar y tenemos buena relación personal. Con Balduz, aunque él era del PSOE y yo de UPN, tuve una sintonía tan perfecta que aún la mantenemos hoy.
¿No está harto de la política?
No. La política es como el toreo, el que ha sido torero, aunque tenga 80 años, lo sigue sintiendo y el que ha sido político por vocación, también.
¿Se hace peor política ahora?
La política de la Transición era de más altruismo y entrega. No concibo la política como oficio, sino como servicio público. Yo estuve 20 años pero nunca dejé mi profesión. No estoy en contra de que el político gane dinero, pero el suficiente para vivir y no más que el ganaba antes.
Es un apasionado taurino, ¿recorre el país en busca de ferias?
No. Lo llevo en la sangre y soy aficionadísimo, pero en la vida soy moderado en todo.
¿Los toros son de derechas?
En la Transición se confundieron los toros con la política. Los movimientos cercanos a Batasuna intentaron ahogar la fiesta, pero hoy a aquellos muchachos que tenían entonces 18 o 20 años los veo en la plaza.
¿Un político a quien admire y que no sea de su partido, claro?
Políticos deben ser quienes estén preparados, tengan carisma y credibilidad social. Me entusiasmó Alli. Que no sea de su partido, insisto... Urralburu o Jose Antonio Asiáin. Pero el primero fue condenado por corrupción... Lo chafó todo. Cayó en su propia debilidad, pero en unos tiempos fue brillante. En política hay que huir de los oropeles y de los que intentan tentarte. La primera condición que me impuse fue ser absolutamente sobrio, austero e incorruptible.
Fue profesor 39 años, ¿es más difícil lidiar con niños o con políticos?
Con políticos, sin ninguna duda, con ellos se sufre mucho. Los alumnos no son ángeles, pero si ven que te esfuerzas son agradecidos y ejemplares. Alguna gamberrada sufriría. Grandes no, pero una vez me llenaron el parabrisas de post-it.
Se casó siendo mozo viejo.
Me llamaban el soltero de oro de la política navarra. Me casé a los 58 años y mi mujer, a la que conocí en un acto festivo de alcaldes, es lo mejor que he sacado de la política. Le paso 24 años.
¿Cómo resistió tanto como soltero teniendo tan buena planta?
No es porque no hubiera tenido ocasiones, ¡eh!, pero dicen que el casamiento y la mortaja del cielo bajan. Entrevista: M. González.