Los pederastas utilizan principalmente juegos online y redes sociales para contactar con posibles víctimas, aunque también pueden utilizar cualquier otra plataforma digital que les pueda llevar hasta menores, como foros online o plataformas educativas. Muchos se crean perfiles falsos pretendiendo ser alguien de una edad similar a la de la víctima, aunque también los hay que no ocultan su edad.

Aunque se han detectado diferentes fases en el proceso de acercamiento y manipulación, no siempre se dan todas las fases ni en el mismo orden. Son estas:

  • Búsqueda de víctimas en las diferentes plataformas digitales. Buscan en redes sociales mirando las publicaciones de los menores y la información que comparten. Si los menores hacen referencia a centros educativos u otros lugares, también visitan esas páginas para recabar más información. Generalmente, adaptan su lenguaje y su forma de mostrarse y acercarse en función de las características de la víctima, como su edad, sexo, gustos…

  • Contacto. Realizan el contacto a través de mensajes directos en juegos y redes sociales, a través de comentarios en publicaciones, respuestas a historias… e intentan comenzar una relación de amistad. En esta fase intentan conocer mejor a la víctima. Con preguntas directas o indirectas comienzan a recabar información sobre la relación del o la menor con la familia, su situación económica, su situación emocional… Siempre van a intentar trasladar la conversación a una plataforma más privada que deje menor rastro, generalmente una app de mensajería.

  • Confianza. El pederasta quiere establecer una relación de confianza, por lo que le comienza a contar cosas inventadas sobre sí mismo para que la víctima piense que tienen más cosas en común. Al comenzar a ganar su confianza, intentará alejar al menor de sus padres y de su círculo social cercano. El objetivo es convertirse en la persona más cercana e importante. Suelen pedir mantener la relación en secreto. El pederasta busca que la víctima solo confíe en él.

  • Regalos y halago. El groomer termina de ganarse a los menores a través de halagos constantes, les da dinero o les regala cosas virtuales en juegos o redes sociales para que los menores se sientan en deuda con él y lo idealicen.

  • Ataque. Una vez que el pederasta siente que tiene un lazo de confianza, comienzan las peticiones de material sexual (fotos, vídeos, videollamadas…) o la petición de encuentros físicos. El pederasta va a mostrar una insistencia muy fuerte y comenzará a mostrar su verdadero yo, acosando e intimidando a los menores. Si el/la menor ha accedido a mandar algo, el pederasta utilizará lo que tiene como forma de chantaje y extorsión, amenazando con publicar lo que tiene o amenazando con dañar a la familia del menor.

Muchas veces un pederasta, haciéndose pasar por un menor o mostrando su edad real, contacta directamente a través de una red social con la víctima y en muy poco tiempo pasa a enviarle material sexual para ver si esta responde con material propio. Si los menores acceden a mandar material propio comienzan los chantajes para conseguir más material sexual o para quedar físicamente.

Las pautas de prevención son: Respetar las edades para jugar a juegos online, usar redes sociales u otras plataformas, y para tener smartphone, realizar los ajustes de privacidad en todas las cuentas online y advertir sobre las consecuencias del envío de material sexual y de dar información privada. 

Las señales de alerta son: La petición continuada de información privada como su relación con la familia, su situación económica… Los regalos en juegos online y el envío de dinero (nadie regala nada sin esperar algo a cambio, nunca). La petición de seguir hablando en plataformas más privadas. La petición de guardar su relación, sus conversaciones, en secreto. La petición de material sexual.

Una práctica saludable puede ser que los menores expliquen a las familias de vez en cuando con quiénes suelen jugar en juegos online o hablar en redes sociales. Es fundamental trabajar la autoestima de los menores y estrechar la relación familiar. Aquellos que persiguen contactos continuados con menores buscan niños con una baja autoestima, que se sientan solos, que sean más vulnerables y que tengan poca atención de las familias.

Incibe tiene un Monográfico sobre la problemática del abuso y explotación sexual de personas menores de edad en Internet en la actualidad, que es muy interesante y se puede encontrar en su página web.