Por todos es bien conocida la afición perruna de Jorge Javier Vázquez. Amante como pocos famosos de los animales, su debilidad siempre han sido los perros galgos, un amor que no puede ocultar. Cinco canes de esta selecta y fiel raza corretean desde hace meses por su lujosa urbanización madrileña. Un hogar que el presentador siempre ha querido compartir con los seres “más cariñosos del mundo”. “Me encuentro a mucha gente que dice que no quiere tener perros porque cuando se marchan se pasa muy mal. Yo siempre les digo que adopten, porque el dolor que sufres cuando el momento llega es ínfimo comparado con el que pasan los animales abandonados. No solo se enfrentan al frío de unas calles siempre peligrosas, sino que corren el peligro de morir sin saber lo que es una caricia”, llegó a relatar en sus redes sociales el pasado mayo, mes en el que falleció Travis, un “querido” galgo que recogió de la calle.

Captura del vídeo en el que se ve a Jorge Javier sacando a pasear a su burro y todos sus perros.

Captura del vídeo en el que se ve a Jorge Javier sacando a pasear a su burro y todos sus perros.

Pero el jefe del cortijo de Sálvame no solo ha mostrado en público su predilección por los chuchos y sus cachorros. También ha señalado en innumerables ocasiones su total cariño por los pollinos, los inocentes y adorables burros de toda la vida. Pues dicho... ¡y hecho! Con una mezcla de incredulidad y sonrisas, dos admiradores telecinqueros se plantaron en el propio chalet del presentador el pasado mes de octubre para entregarle en directo un regalo muy peculiar: el precioso burro Fortunato. “Llevabas años diciendo que tu sueño era tener uno de estos simpáticos animales, y por eso te hemos querido conceder este deseo”, le dijeron los entregados fans del programa. Dos granjeros a los que les ha hecho especial ilusión disfrutar en redes sociales de la última publicación audiovisual del filólogo nacido en Badalona: un vídeo, 50% La casa de la pradera 50% Benny Hill, en el que se observa a Jorge Javier paseando con sus cinco galgos y el mismísimo Fortunato. Todos al trote por las exclusivas calles de la urbanización de las afueras de Madrid en la que tiene su actual residencia. Y todo ello con el sello de una costumbrista estampa en la que Vázquez sonreía cual Michael Landon o José Jiménez Fernández, Joselito.