HACE unos pocos meses el Gobierno de Navarra nos pintaba un panorama casi idílico de nuestra comunidad, a pesar de la crisis, con respecto a otras comunidades. Nuestros parámetros económicos eran los mejores casi en todos los sectores y nuestra situación, repito, a pesar de la crisis, resultaba envidiable.
Y ahora, de repente, el panorama se vuelve desolador, las arcas forales están vacías y el porvenir a corto y medio plazo se vislumbra desastroso y lleno de nubarrones oscuros.
Y digo yo, los gobernantes que antes nos decían una cosa y que ahora nos dicen otra, y que tenían antes y tienen ahora responsabilidades de gestión pública en sus ámbitos correspondientes, ¿no se enteraban de lo que estaba pasando en realidad o querían engañarnos?
Resulta imposible de creer que quienes tienen toda la información de los diversos departamentos y sectores de la economía navarra, o al menos deberían tenerla, se muestren ahora sorprendidos de la situación actual.
Pero resulta todavía mas sorprendente que lo único que se les ocurra sea dictaminar un recorte brutal en todos esos sectores que hace solo unos pocos meses iban tan bien. Algo no cuadra. Y según mi opinión lo que no cuadra es que una comunidad como la nuestra se haya llenado de macroproyectos, unos realizados, otros a medio realizar y algunos felizmente aplazados de los que yo no tengo constancia que haya habido un clamor popular por ellos. No cuadra que se haya llenado de organismos prescindibles, empresas públicas deficitarias, consorcios, etcétera, todos ellos con sus correspondientes consejos de administración. No cuadra que en muchos casos existan servicios duplicados, e incluso algunas veces triplicados. En fin, gastos muy por encima de lo posible. Y sobre todo lo que no cuadra es que toda esta política de gastos desaforados no haya ido acompañada de una política de ingresos acorde, con un sistema impositivo progresivo y justo en el que el que más tenga más pague, al contrario, machaconamente nos prometen siempre con trasfondo electoralista reducción de impuestos para todos con el consabido resultado.
Si se gasta más de lo que se ingresa, ¿qué ocurre? Todos lo sabemos. Pero parece sensato que la solución no solo es recortar gasto, sino también, y a la par, aumentar ingresos, y en esto último se deberá hacer más hincapié.
De esta política anunciada de brutales recortes de los que al parecer no se salva ningún departamento, deberían quedar exentos Educación, Sanidad y Bienestar Social, porque todos los navarros en algún momento de nuestras vidas necesitamos de esos tres pilares básicos del Estado de bienestar, mientras que hay otras muchas cosas que aún siendo buenas y convenientes, pueden resultar prescindibles en tiempos duros como lo son ahora, pero la educación, que es una inversión a futuro, la salud vital para el ser humano en todo momento, y el gasto social como garantía para el más necesitado, son imprescindibles.
Señores políticos y gobernantes, tengan en cuenta que todo se hace con el dinero de todos y que tienen que priorizar sobre los servicios que a la postre benefician a la inmensa mayoría de los que los pagan, y olvídense de aquéllos que solo benefician a unos pocos y les dan lustre y prestigio a ustedes, pero que, como digo, pagamos entre todos.
Miguel Azparren