Un poco de cordura (yo quiero trabajar menos y vivir más)
Parece que a los funcionarios (profesores, enfermeros, bomberos, bedeles...) nos va a tocar trabajar más, ganar lo mismo, aunque cada vez sepa a menos (tal como se ha puesto comprar una vivienda, un filete, una barra de pan, una cerveza?) y de paso no poder disfrutar de más puentes. Vamos, que parece que esa es la tendencia que nos marca el mercado que tenemos que seguir, trabajar y trabajar.
Como consecuencia de esta medida tan simple como populista, unos cuantos interinos se quedarán los lunes al sol junto con sus colegas de la empresa privada (que les despidió por obtener bajos beneficios, que no pérdidas); por otra parte, los que se quedan trabajando deberán mostrarse contentos (pese a que las cosas sigan igual o peor en su centro, hospital, parque, oficina?) y cautelosos guardarán el euro antes de gastarlo en celebración alguna, por la que pudiera venir. Para colmo, ni uno ni otro podrán cuadrar un buen puente para olvidarse de todo y vivir un poco más la vida, dando un paseo por el campo o comiendo en casa con los amigos.
¿Acaso han preguntado a algún funcionario si, al contrario de lo propuesto, estaría dispuesto a trabajar dos horas y media menos con su correspondiente reducción de sueldo para que otra persona pueda trabajar ? ¿Nos hemos preguntado cuánto ganaríamos con esto? ¿O acaso tú no estarías dispuesto a dejar de comprarte el teléfono móvil último modelo a cambio de poder entrar todos los días una hora más tarde a trabajar? Y además, ¿qué diferencia existe entre tener una hipoteca a 40 años que a 45 si nadie te dice que no te vayas a morir antes de tanto trabajar?
No hace falta ser economista, ni mucho menos político, para anunciar esta serie de medidas basadas en las matemáticas aprendidas en Primaria, dirigidas contra un funcionariado, y una sociedad, que todavía no ha valorado bien qué sucedería, si como los controladores, un día todos los alumnos, pacientes, incendios, puertas estuvieran desatendidas. No colaboremos con esta destrucción de empleo y apuesta por la sociedad del consumo y el capital. Sí a construir un país para todos donde volvamos a aprender a arreglar un aparato viejo antes de tirarlo.
Un poco de cordura, yo quiero trabajar menos y vivir más, el dinero no me importa tanto como que todos podamos comer del pastel, aunque no sea de chocolate y nata como hasta ahora.