Y del reglamento, ¿quién se acuerda?
YA ha comenzado la temporada taurina de Navarra y lo hace sin ese nuevo reglamento que a bombo y platillo se anunció tras el trágico accidente de Lodosa. Las poblaciones que han ido celebrando sus festejos lo han hecho bajo un estado de excepción, o lo que es lo mismo, bajo las disposiciones arbitrarias de la sección de Juegos y Espectáculos del Departamento de Interior del Gobierno de Navarra. Esto ya ha dado varios quebraderos de cabeza a ayuntamientos con modificaciones provisionales en sus vallados para que los agentes les diesen el visto bueno y en algunos casos, como el de Funes el pasado 19 de marzo, ha sido puramente esperpéntico. Tiene la población ribera la costumbre de partir en dos tramos el recorrido del encierro con una puerta, para más seguridad no dudan en contar en cada tramo con un director de lidia, pero esto no debió convencer a los agentes de turno. Tampoco les debió convencer las reses presentadas por el ganadero, vacas y capones que han salido por esas mismas calles decenas de veces, animales esperado por quienes se acercaron hasta Funes, pero que se quedaron en los corrales por ser capones (toros capados). Reses demandadas por el público que acude al reclamo de animales listos, grandes y fuertes, exigentes con los recortadores y transmisores de esa emoción que engancha a los aficionados taurinos.
Quien esto escribe espera impaciente ese nuevo reglamento con la esperanza de que su redacción no esté al cargo de quien mutila la fiesta brava en Navarra. Nuestro señor vicepresidente, Roberto Jiménez, afirmó que esta normativa se iba a realizar en comunión con el sector taurino, un sector con el que parecen no comulgar mucho los encargados de aplicar las normas, un departamento un tanto reticente a entender que los festejos taurinos también están sujetos a una evolución, a la influencia de otras regiones del resto de España y Francia, con profesionales y aficionados muy formados que no necesitan una actitud paternalista desde el Departamento de Interior, que viven su fiesta taurina con pasión pero sin perder la cabeza. Se entiende que la Policía tiene sus funciones, pero no se entiende que su criterio prevalezca sobre las empresas organizadoras (ayuntamientos en su mayoría), ni mucho menos sobre los profesionales que viven por y para los festejos taurinos, así que me quedan varias dudas? ¿tan malo es el sector taurino que se le manda a la Policía? ¿hasta cuándo tendrán que pagar los ayuntamientos que programan encierros el desgraciado accidente de Lodosa?
Ya lo propuso la Federación Taurina de Navarra, crear un Consejo de Asuntos Taurinos, como ya existe de Cultura, Deporte, Salud o Euskera, serviría para dar salida rápida y consensuadamente a cuantas incidencias surjan en torno a los festejos taurinos navarros. Ahora tiene la oportunidad de cumplir su palabra señor vicepresidente o por el contrario dejar que sus palabras se las lleve el viento.
Ángel López Alemán
Vocal del Club Taurino de Peralta, de la Federación Taurina de Navarra y secretario de Amicasna (Amigos de la Casta Navarra)