es ya un tópico oír en algunos sectores contrarios al euskera en Navarra que se obliga al estudio de esta lengua, que se impone su aprendizaje, etcétera, y es al contrario, un idioma milenario que forma parte de nuestra cultura, de nuestra tierra, es despreciado y olvidado por nuestra administración pública y sus acólitos.
No hay más que observar que en Navarra no existe una emisora que emita legalmente su programación en esta lengua. La ETB no hay forma de captarla reglamentariamente porque no le interesa al Gobierno de Navarra, aunque televisen a Osasuna o los partidos de pelota, o cualquier otro programa de interés colectivo. La vemos por la iniciativa popular cuyos costos son tremendos y después de optar libre y voluntariamente a pulsar el botón correspondiente.
Las ikastolas de iniciativa social son centros educativos de primer orden reconocidos en Europa en lo pedagógico y cultural, pero en esta provincia son maltratados en lo económico y en lo social y no digamos en la zona no vascófona (Tafalla, Sangüesa, Tudela, Sartaguda), por cierto, cuando los padres optan por la enseñanza para sus hijos en esta lengua, lo hacen libremente y sin imposiciones de ningún tipo.
En cuanto a la enseñanza en la escuela pública, la excusa que la administración pone para no ofertar el modelo D (inmersión lingüística en euskera) es que esta zona no es vascófona, pero por lo visto sí que somos zona inglesa a tenor de las ayudas económicas y de todo tipo que recibe esta lengua en nuestra Merindad, hasta la señora Barcina reconoció en una de sus múltiples visitas a Madrid que el impulso que ofrecen al modelo inglés tiene como objetivo el frenar el avance de la matriculación en euskera.
Y para muestra, un botón, el euskera, que debiera ser orgullo por su incalculable riqueza y antigüedad, llega tan interesadamente a ser relegada y marginada que en los carteles que anuncian la entrada a Navarra por la Ribera, más en concreto en la muga de Cintruénigo con Castilla, estos dan la bienvenida en castellano, inglés, francés, alemán e italiano, olvidando maliciosamente de expresar la salutación en euskera (Lingua Navarrorum), pero lo más increíble del asunto es que en dichos carteles se indica “Navarra, tierra de diversidad”. Ésta es ni más ni menos la tolerancia aplicada en la política lingüística general del Gobierno de Navarra.