Reconozco que al igual que Tomás de la Ossa, aunque se me hace duro ver tertulias en 13TV, hay veces que me paro a escuchar las barbaridades que se llegan a decir en ellas. Voy a suponer que Tomás se ha dejado llevar por su imaginación al escribir las preguntas y respuestas imitando el estilo del programa, y que también se ha dejado llevar por el estilo sucio de algunas televisiones que en vez de informar se dedican a manipular e insultar. Digo esto porque entre los términos faltones utilizados, Tomás incluye: nazicomunista, etarra y “no se ducha”. Pero probablemente, en un desliz del columnista, se incluye entre esos ejemplos insultantes la palabra maricón.

Todas y todos sabemos que maricón se usa como sinónimo de homosexual o de gay. Es cierto que el DRAE entre sus acepciones incluye la de “insulto grosero”. Pero ya sabemos que el DRAE ha tenido y tiene muchas definiciones irrespetuosas con grupos minoritarios o marginales (mujeres, gitanos?). Algunas de ellas se van corrigiendo por presión social, pero otras muchas quedan por corregir. Y ésta es una de ellas.

Estamos en un mundo en el que los hombres, desde muy pequeños, tienen fuertes presiones para que dejen clara su heterosexualidad en todo momento. Presiones para cumplir con los roles que esta sociedad les sigue adjudicando, hay que ser fuertes, seguros, y sobre todo no parecer que tienes semejanzas con las mujeres. Cualquier indicio de salirse de la línea es muchas veces castigado con insultos: nenaza, calzonazos? Y uno de los insultos más usados es maricón. Hace ya años que inicié mi particular cruzada invitando a la reflexión a las personas que acostumbran a incluir maricón como insulto en sus conversaciones. En general son personas respetuosas con la homosexualidad, y que de manera inconsciente y por costumbre caen el error de utilizarlo con intenciones faltonas. Algunas de ellas intentan justificarse diciendo que no lo usan en el sentido de gay sino como? ¿Cómo qué?... Me pregunto yo. Porque la ofensiva y humillante acepción que el DRAE mantiene viene de donde viene, o sea de considerar la homosexualidad como una característica no deseable.

Pues eso, si eres de los que en tu repertorio de calificativos insultantes incluye la palabra maricón, piensa que tu hijo, tu hermano o tu amigo pueden sentirse mal al escucharte.