Alguno pensará que la jota blus y el mestizaje musical están pasados de moda. Parece imposible encontrarle una sensualidad erótica a una imagen femenina de la religión católica, y al mismo tiempo no sentir una desanclaje cultural en esta tierra. Pongamos que hablo de Navarra y su supuesta identidad común simbolizada en la Javierada. Uno no puede imaginarse una orgía hacia Roma, pero sí románticos encuentros en el Camino de Santiago. Desde que el paleo cubrió el hastioso periodo liberal conservador, la censura vinculada a los múltiples aspectos de la sexualidad, tanto sus microcensuras densas y acumulativas como sus represuras francas y burdas parecen haber conformado una sociedad casi asexuada, consecuencia de los 40 años sin sexo del franquismo. Que los del PETA aparecieran desnudos en su protesta animalista en el encierro se contraponía al riesgo de que los menores de edad observaran desnudos; cuando lo reprimido es que no haya una natural desnudez en la cultura familiar. Se quiso censurar una película de vídeo que hablaba de una historia de amor entre mujeres por el hecho de que hubiera actos sexuales entre mujeres, negando igualmente el amor y el sexo femenino (Fucking Åmål). Se tiraron comics a la basura por sus imágenes sensuales, kits antisida, campañas contra el embarazo no deseado fueron constantemente desmenuzadas, todo aquello que tuviera que ver con el aborto ha sido perseguido hasta el surrealismo, como impedir información profesional a la juventud en el caso de la tierna prosía de la Mi primera vez del sexólogo J.L. García.
Queda por aclarar porqué no existe una cátedra de sexología en la Universidad Pública de Navarra. La política de agujerear condones de UPN y alentar la represión del cuerpo del Opus Dei y de la Iglesia no parece sino el sustrato ideológico de una dominación de clase: dominio del cuerpo y de lo que llaman alma, la capacidad de liberación por la razón. Antes fue la represura a La última tentación de Cristo, ahora, desde una posición de ignorancia moral, el intento de recogida de firmas contra el espectáculo burlesque The Hole. Acontecimientos como aquel del pito de Etxarri Aranaz, que parecían ser un suceso de la estrategia de dominio conservador de la estructura escolar hasta los juicios por el aborto contra los de la Txantrea y el radical cambio de Cofes a CAM, seguramente son también la arquitectura de ese corralito foral. Desde la opinión de un no entendido en la materia me atrevería a asegurar que, como ya se ha dicho en otra parte, la represión sexual está detrás de muchos acontecimientos de la cultura de ese miedo medieval al cuerpo sexuado tan nuestro y tan navarrro, religión-represura-reificación: desde las agresiones sexuales a las denuncias falsas o la pederastia de algunos curas.
Un cuerpo ignorante es presa fácil del capitalismo que lo habita. Como polémica fue la denuncia de los cuentos del pedagogo italiano Rodari, en concreto Una tira de cuero perezosa, por supuestamente incitación a los malos tratos (parece evidente que hay materiales literarios que deben ser tratados como materiales pedagógicos de orientación y no como puramente infantiles, tal es el caso de un simple príncipe azul); también la evitación de imágenes sanfermineras puede ser motivo de debate. Ni qué decir tiene que sobre lo erótico y lo sexualmente agresivo hay mugas claras como el no consentimiento y lo que desde una visualización patriarcal conduce al equívoco de la lectura de la mujer como objeto. Creo que la sociedad navarra se ha configurado, en parte, como reprimida eróticamente, y que todos debemos aprender tanto de las implicaciones de género como de las emocionales y sociales. Mantener los miedos, los complejos, la sexualidad obsesivamente negativa, fuera de la educación y la normalización en todos los ámbitos, nos coloca en el dominio de los esquemas de dominación heteropatriarcal. No parece una prioridad, pero, a mi modo de ver, está en la base.
El nuevo libro rojo del cole para Navarra: sexy como el rock and roll del grupo heavy Cadenas de Navarra o del etno-folk Foralaica o del más pop Foia a ras. Y así, no costará mucho que del chiste de “en Navarra el sexo es un milagro” se pase al “hasta en Almagro se folla seguro”.
El autor es autor del trabajo de investigación sobre censura ‘Piruxak Nafarroan: 1978-2009’ para el título de especialista en temas vascos de Asmoz Fundazioa