El PIR es un programa de formación sanitaria especializada que oferta el Gobierno de España a nivel estatal que permite a los psicólogos obtener una formación con su correspondiente título de psicólogo especialista en psicología clínica y así poder trabajar en el ámbito sanitario público y privado. Una vez conseguida una plaza, el método de asignación de las mismas es muy sencillo: por orden de mayor puntuación se elige plaza, reservando un 7% de estas para personas con discapacidad.
Los hospitales que participan en la formación de residentes son tanto públicos como privados y se les exige ajustarse al procedimiento descrito, establecido por el Gobierno de España. A todos, menos a la Clínica Universidad de Navarra, es el único hospital que te exige pasar una entrevista, la cual niega a personas del turno de discapacidad, y eligen a su libre albedrío qué aspirantes entran en su centro saltándose el orden de lista a su antojo. Esto perjudica a todos los psicólogos que han obtenido plaza y que no pueden decidir, en función de sus méritos en el examen, si coger este centro o no, quedando en ocasiones desierta una de las escasísimas plazas que permiten a los psicólogos acceder al Sistema Nacional de Salud, y perjudica a las personas con discapacidad por negarles el derecho a formarse a pesar de haber obtenido plaza con el mismo esfuerzo, mérito y formación que el resto.
Hace 3 años una persona que obtuvo plaza se quedó sin ella por los caprichos de la Clínica Universidad de Navarra a la que parece ser que el Gobierno le consiente ciertos privilegios a los que a ningún hospital privado ni público les permite. ¿Cómo personas con tanto dinero y tantos recursos pueden ser tan pobres? Y yo me pregunto, ¿cómo va a formar a profesionales que trabajan con personas un centro que rechaza los principios básicos de igualdad?