por encima de los hechos ya recogidos en el sumario, la primera jornada de declaraciones en el juicio sobre el caso Osasuna hizo hincapié en dos cuestiones: quién tomaba las decisiones en el club y el grado de responsabilidad de los integrantes de la junta directiva y su estructura administrativa. Y tanto Ángel Vizcay como Miguel Archanco, los dos primeros interrogados, ofrecieron visiones contrapuestas; mientras el exgerente descargaba la competencia para movimientos de dinero en José Gómez, Tomás López, Sancho Bandrés y Ángel Ardanaz, y colocaba siempre como único responsable de todas las ejecuciones al expresidente, este dijo no haber firmado nada que él pidiera "sino lo que me presentaban", que en algún caso, como el concerniente a los pagos a Flefield, se falsificó su firma (como ha quedado acreditado), además de desconocer la mayor parte de las salidas de dinero y su destino y cargar culpas en Vizcay, quien sí terminó reconociendo que su firma aparecía en numerosos documentos. El exempleado defendió sus intervenciones en los presuntos pagos con el argumento de que cumplía órdenes superiores, en un relato -incurriendo en algunas contradicciones- en el que se presentó siempre como víctima cuando no como salvador de Osasuna en una postrera y sacrificada decisión como fue su confesión ante Javier Tebas. Una declaración que dijo haber realizado "libre y voluntariamente", sin presiones y sin coacciones, recalcó, y con "la preocupación de que Osasuna no sufriera ninguna sanción deportiva" porque la LFP ya estaba tras la pista. No dijo Vizcay, tampoco le preguntaron, hasta donde llegaba el conocimiento de Tebas, qué sabía en realidad, si el exgerente le confirmó lo que conocía o le aportó todo el volumen de información que ahora engrosa este juicio: en resumen, si Vizcay le hacía un favor a Osasuna o si se lo hacía a sí mismo. Porque el abogado de la LFP trató de insistir en el argumento de que esos supuesto amaños alteran la competición, con sus repercusiones para el club, vía que la juez descartó de plano tras recordarle que no era el objeto del juicio. Archanco, que solo reconoció haber autorizado primar al Betis para ganar al Valladolid -que no es poco tratándose del presidente del club-, puso el ventilador e insinuó un acuerdo para que en la última jornada el Granada ganara en el terreno del Valladolid y se salvara del descenso. Casos nada extraordinarios en el fútbol, ya que Tebas siempre ha presumido de tener informaciones de otros amaños. Entonces, la pregunta es ¿por qué sólo consiguió la confesión de un miembro de Osasuna? Eso parece que el juicio no lo va a resolver.