Reyes- Los nietos de Franco en la sucesión dinástica de la Jefatura del Estado español visitaron Navarra en su gira nacional "para reconocer el esfuerzo del conjunto de la sociedad española frente a la pandemia del covid-19 y apoyar a distintos sectores sociales en la recuperación de la actividad". Acto social en el centro ASPACE de parálisis cerebral e interés por las aplicaciones de la inteligencia artificial en la empresa das-Nano. El sistema de "verificación digital de identidad" pasó la prueba de reconocimiento de Felipe VI, el ejemplar (PSOE). Los técnicos habrían metido en el software los datos de un rey aparentemente pasmado ante las informaciones relativas a su padre, el expatriado. Infalible. La actitud cercana de "dejar que los súbditos se acerquen a mí" -una divisa campechana de esta Casa Real- fue aplicada de forma sectaria. Solo se permitió una relativa cercanía a los partidarios. Los detractores fueron contenidos a distancia y alejados sin afecto ni cortesía. Aceptar el halago y rechazar la protesta revela altanería en la debilidad. La gira fue concebida como capa de maquillaje en la demacrada imagen popular de la monarquía. Parlamento Foral- El Reglamento de la Cámara da juego a los tahúres de la política. Un decreto foral se tramita como proyecto de ley por acuerdo entre Navarra Suma y GeBai, lo que provoca una fisura en el gobierno de coalición. El cambio permite la introducción de enmiendas, por ajenas que sean al núcleo de la norma. Así, la limitación en el horario y dimensión de los grupos en hostelería, restauración y botellones convivirá con la reducción de horarios a profesores de más edad y otros aspectos profesionales y laborales de la enseñanza pública y concertada. Otra tensión en el ámbito educativo entre PSN y Geroa Bai. El consejero Gimeno y su antecesora Solana, fuera del casting de la secuela foral de Love Story o Romeo y Julieta. Carlos tampoco suele tararear el María de West Side Story. Ni desafinado.