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Editorial

Ahora más que nunca, la salud por delante

avarra, como el resto de comunidades, afronta estas fiestas navideñas con la incógnita de si el aumento de la movilidad y las relaciones familiares y sociales se traducirán o no en una subida de contagios que nos puedan poner a los pies de la no deseada tercera ola de covid. Ese sería el peor de los escenarios, pero todavía no se ha dado y hay que tener confianza en que no se dará si todos y todas cumplimos con las medidas sanitarias y con las recomendaciones sociales marcadas. Unas medidas como el uso de mascarillas, mantener la distancia, evitar saludos de proximidad o el lavado frecuente de manos son la autentica barrera para no dejar pasar al virus. Navarra está consiguiendo, con un enorme esfuerzo social, económico y sanitario, doblegar la curva y reducir los casos. Pero el reto sigue siendo mantener el virus a raya a medida que se aflojan las restricciones. La consejera de Salud del Gobierno de Navarra, Santos Induráin, aseguró ayer que la Comunidad Foral aborda el arranque del programa de vacunación este domingo, en un momento de "fase de estabilización" de contagios de covid-19, pero advirtió al mismo tiempo de que se trata de una situación "frágil, cambiante e inestable que puede crecer en cualquier momento". También la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, se refirió ayer a la necesidad estos días de "anteponer la salud y la vida" para evitar "las consecuencias de la relajación de las medidas". Por ello, y de cara a las Navidades, ambas insistieron en la necesidad de cumplir las medidas actuales, sabiendo que la posibilidad de adoptar otras más restrictivas está sobre la mesa. Comunidades como la CAV han decidido anticiparse y endurecer las medidas para limitar el tiempo de exposición colectiva, reducción de horario de hostelería y comercio en fechas claves y adelanto de toque de queda, donde más riesgo hay de contagio. Y la evolución de la pandemia en ambas comunidades no ha sido ni es muy diferente. En Navarra se han producido más de 41.600 contagios y 950 fallecimientos; casi 130 navarros permanecen hospitalizados, de ellos 17 en las Unidades de Cuidados Intensivos. La extensión y gravedad de la covid-19 no solo exige de los gobiernos un esfuerzo presupuestario para hacer frente a la enfermedad y paliar sus consecuencias socioeconómicas y tampoco reclama solo responsabilidad individual en el cumplimiento de las normas básicas de higiene y prevención. Es preciso unir ambas para evitar dar pasos hacia atrás.