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Mesa de Redacción

Félix Monreal

El precio del silencio

ue no te compren por menos de nada...” proclamaba Joaquín Sabina en una de sus canciones, réplica supongo no intencionada a aquel “todos tenemos un precio, todo se compra se vende...”, escrito tiempo antes por Víctor Manuel. Cosas de cantautores. Pero el soborno, la compra-venta de voluntades y de silencios están a la orden del día y no hay que recurrir al cancionero sino a las páginas de los periódicos. De algunos casos de corrupción hay más que sospechas; otros acaban por ser desvelados en declaraciones ante un juez. Es lo que ha ocurrido con el testimonio de Manuel Morocho, inspector jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía, quien sorprendió al magistrado al relatar con pelos y señales los reiterados intentos de que eliminara de sus investigaciones sobre el caso Kitchen los nombres de gentes afines al PP. No tengo más datos para valorar la integridad de Morocho, pero el funcionario relata el precio que pusieron a su silencio: una nómina mensual de 6.000 euros (que podía llegar a 10.000) y un cómodo puesto, casi un retiro dorado, en Lisboa. Y él respondió que no donde muchos otros hubieran puesto la mano (o habrá quien sospeche que el agente pidió más y la otra parte no aceptó, que somos muy dados al mal pensamiento...). Su respuesta me llamó la atención entre tanta caja B, sobres que van y vienen, cuentas opacas y grabaciones borradas. Y que la honradez sea noticia.