sta actitud demostrada por el Departamento de Educación para con el personal que trabajamos en los centros concertados de Navarra es lo que debemos denunciar. Por esa razón, en voz alta, los trabajadores y trabajadoras quieren transmitir al Parlamento y a la sociedad navarra que es necesario que este departamento y su consejero se sienten en una mesa con los que representan a docentes y personal de administración y servicios de estos centros. Trabajando en la red concertada atendemos a casi el 40% de la población escolar de Navarra comprometidos/as con nuestro sistema educativo. Éste depende de nuestras administraciones públicas así como del trabajo diario y responsable de cada una de las personas que lo conformamos. Así, cada jornada nos esforzamos por lograr hacer realidad una educación de calidad y gratuita para la población navarra.
Con la tramitación del Protocolo Escolar 2021-2022 por el que se regula la actividad escolar en Navarra al inicio de este curso, el departamento y nuestras patronales, nuevamente, están regulando aspectos relacionados con la carga de trabajo y la distribución de nuestra jornada laboral sin haberse dignado a dirigirse a nosotros y nosotras antes de tomar las decisiones que ya han impuesto. Todo ello con el agravante de que el propio protocolo de aplicación en los centros escolares navarros señala en sus primeros párrafos que se ha "consultado a los sindicatos". Negamos tajantemente esta afirmación ya que es totalmente falsa en lo que respecta a los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza concertada.
Concretamente, y en referencia a la propuesta del mencionado protocolo por el que se nos exige atender actividades que denominaron "extraescolares", hemos de insistir en que no es de recibo que estas actividades aparca-niños y aparca-niñas se pretendan apañar haciendo uso de nuestra jornada no lectiva. Por una parte, tendremos a los niños guardados "de esta manera" y, por otra, nos volverán a desbordar a los trabajadores y trabajadoras aumentando nuestra carga de trabajo. Cada sesión con alumnado que sumamos a nuestra jornada supone añadir otras tareas a las habituales que ya venimos haciendo fuera de nuestro horario laboral. Esto se debe a que en los momentos que estamos atendiendo directamente al alumnado es imposible realizar actividades como corregir, preparar, coordinar o atender a las familias. Además, en muchas de las situaciones creemos que no va a existir de facto diferencia entre la actividad que se nos pide que hagamos y la que venimos realizando dentro de nuestra jornada lectiva.
Finalmente, no debemos olvidar el escenario covid del que venimos. Durante este tiempo, el personal docente y el de administración y servicios escolares han asumido la responsabilidad de mantener en marcha nuestro sistema educativo pese a que lo han hecho desde sus casas, con recursos propios y dedicándose en cuerpo y alma a esta tarea. También durante estos dos cursos un grupo importante de profesionales vinculados a la escuela han sufrido la pérdida de su trabajo porque atendían la actividad extraescolar que también desarrollamos en el entorno escolar. Pensando en este personal que trabaja de cuidador, educador, monitor de actividades o realizando otras tareas creo que se está perdiendo una oportunidad excepcional para volver a emplear a un número importante de personas castigadas duramente durante esta pandemia.
El autor es trabajador de un centro educativo concertado de Navarra