Hace unos dos años, en la anterior inundación del barrio de la Magdalena, el alcalde Enrique Maya bajó a ver los daños de la riada y hablo con algunos vecinos. A un vecino le dijo que no se preocupara, que estaba en sus manos. Esa es la preocupación, todavía está en sus manos, no se ha hecho nada, sí que puso interés y comentó de construir viviendas.

Unos meses antes, unos vecinos estuvieron hablando con algunas personas del ayuntamiento de distintos problemas y se contestó que para el barrio de la Magdalena no había dinero, el dinero hay que gastarlo en caprichos, como dice el concejal del barrio de la Txantrea, en prioridades, saltos de caballos, campeonatos de ajedrez o un boulevard en el Paseo Sarasate.

Antes en los ayuntamientos se actuaba con mayor sensatez, se hacían las cosas necesarias, donde había problemas, carencias y las personas sufrían; ahora priorizan los caprichos, lo que han soñado a la noche o han hablado con un amigo, las obras no necesarias y costosas como el boulevard, quizás para que lo recuerden, aunque se sequen los árboles en cinco años, dirán que eran viejos y estaban enfermos.

El anterior gobierno municipal hizo un estudio del río y su inundabilidad, este otro más, los estudios no sirven para nada si no hay un trabajo después, sí que parece se quiere restaurar la presa de Santa Engracia para que disfruten con las barcas y se inunde un poco más. Señor alcalde, que salga de su mano lo que sea para mejorar los problemas de las inundaciones, estas son mayores cada vez. Por no hacer lo necesario cuando por ejemplo se hizo el paseo del Arga con sus motas y no haber hecho lo correspondiente para compensarlo, hacer nuevas aceras y que la inclinación vaya hacia la pradera no a la carretera, esto hace un mes donde las monjas Josefinas e Irubide, o adoquinado más elevado junto al puente viejo de la Magdalena, los técnicos no son finos con las actuaciones relacionadas con el agua y el río, y no quisieron escuchar sobre ello.