ánchez cumple este viernes dos años en La Moncloa (tras los diez meses de interinidad por la repetición de las elecciones) presumiendo de que concluirá la legislatura y con una estabilidad parlamentaria e institucional que ni el más optimista de sus asesores hubiera soñado. Ha logrado, aunque no sin dificultad, el apoyo a dos Presupuestos y ha superado en el Congreso todas las votaciones importantes. Amén de los acuerdos sobre pensiones y reforma laboral. ¡Casi nada con sólo 155 escaños! La estabilidad ha sido la tónica del primer Gobierno de coalición de la democracia y con un perfil social muy marcado. Ahora se afanará en salir del pozo de la pandemia y en gestionar el maná de los fondos de Bruselas. Confiando en el fin del coronavirus y en asentar la recuperación económica. Y a presentarse a las siguientes elecciones con todas las papeletas para renovar el alquiler de Moncloa tras el auge de la socialdemocracia en Europa. Eso sí, mirando de reojo a Yolanda Díaz. En frente tendrá un PP solo y sin voluntad de diálogo. Y cada vez más a la derecha sin el peligro de un fagocitado Ciudadanos y rivalizando con los ultras de Vox en su estrategia de acoso y derribo recurriendo a los mismos mantras (ETA, que vienen los rojos, peligra la libertad...) Y radicalizando el debate político y propuestas coherentes para que Vox no le robe votantes. Nos esperan dos años más de estabilidad y diálogo frente a soledad y crispación.