Aunque políticamente siempre me he sentido muy lejos del Sr. Santiago Cervera, pensaba, desde que lo conocí cuando era consejero y yo trabajaba en Docencia e Investigación, que era una persona inteligente y capaz, especialmente para el promedio de la clase política. Por eso me ha decepcionado su carta cargada de juicios de valor y críticas peyorativas. Para el exconsejero de Salud los antivacunas son ignorantes o narcisistas presuntuosos que recurren torcidamente a los datos y la estadística. Este pecado desde luego no le tienta en absoluto, ya que no ofrece dato ni estimación alguna. Esperaría, por ejemplo, una estimación de cuánto es la efectividad de la vacuna para prevenir hospitalización y muerte por covid. ¿Es de un 90%, de un 70%, de un 30%, de un 1%? Porque la estimación de su impacto en la mortalidad por todas las causas sería más compleja todavía, si es que existe.No sé si entramos en la categoría de antivacunas los escépticos en el sentido de Descartes: los que se permiten dudar de afirmaciones que son tomadas como verdad indiscutible sin fundamentos comprobables. Creo que cuando afrontamos una onda de la dimensión de la que estamos sufriendo estos días, con el 90% de la población vacunada con unas vacunas que prometían el 95% de efectividad, debería ser obligatorio dudar. Una duda que también es recomendable cuando es difícil relacionar el porcentaje de vacunación en países y regiones con la morbilidad y mortalidad por covid. Mis dudas nacieron hace más de un año cuando leí con detenimiento los ensayos clínicos que sirvieron para autorizar las vacunas de RNA m. Unos ensayos cuya calidad ha sido posteriormente denunciada en el propio BMJ sin que se abriera una investigación oficial.Dirigir la rabia hacia los antivacunas para evitar un análisis a fondo de una gestión fracasada, no es honrado. Como dice el Sr. Cervera, la covid, como la vida, es una lotería (una tómbola cantaba Marisol), y todos tenemos algún número (los vacunados también) para ver su peor cara. El problema es que hay personas que tienen 1 número y otras 10 décimos completos. Explique pacientemente a cada persona cuántos números lleva en dependencia de su perfil personal, y obtenga en base a una información veraz un consentimiento informado. Hay un refrán español que dice: el buen paño en el arca se vende. Cuando para conseguir que la gente se vacune hay que recurrir continuamente al terrorismo informativo, a los insultos, a la censura, a la coerción directa e indirecta, mis dudas no disminuyen sino al contrario.