edro Sánchez cumple mañana 50 años con una preocupación menos: el navajeo inmisericorde en el PP le está poniendo de cara sus opciones para seguir en La Moncloa tras las elecciones que, ya ha adelantado, serán cuando toca, es decir a finales del año que viene. El manual de resistencia que puso en práctica tras el golpe de estado palaciego del aparato del PSOE que le descabalgó del liderazgo del partido tras si "no es no" a Rajoy se ha demostrado con el tiempo como una hoja de ruta sensata y exitosa. Tanto es así que tras reconquistar el partido y asaltar el poder, ve con placidez y regocijo cómo sus tres rivales en las anteriores legislativas, Iglesias, Rivera y Casado, están hoy en día finiquitados políticamente. Y con ello le han dejado expedito el centro socio político, que es donde se ganan las elecciones. Casado intentó emular la resistencia exitosa de su rival, pero le salió el tiro por la culata tras sus devaneos con la ultraderecha para acumular cuotas de poder territorial. Preocupado en forjar su liderazgo a ultranza se dedicó a aplicar propuestas más ultraconservadoras que centristas y tras ser el primer líder del PP elegido por las bases se ha convertido en el más breve en el cargo tras una resistencia inútil apelando a la dignidad, virtud que no cotiza mucho en política por estos lares. Porque para resistencia heroica la de Volodímir Zelenski, el presidente de Ucrania. Pero eso ya es otra guerra. Y de las preocupantes.