Pasados ya los setenta disfruto una y otra vez de los jardines de la Taconera, tratando de visualizar situaciones de niñez y adolescencia en este verde, relajante y entrañable lugar. Largos días de verano con un triciclo primero y con viejas bicis alquiladas en la “caseta de las bicis”, después. Tardes apacibles jugando a “tresnavíos en la mar,” el marro, el pañuelo, etcétera. Tormentas que nos hacían correr buscando protección en los servicios del “paraguas” frente a San Lorenzo. En las anochecidas, percibir las luciérnagas, popularmente gusanos de luz, entre los setos, el tu-tu de los autillos y el reclamo del sapo partero en el regacho de los fosos. Adolescente ya, el sentimiento de las primeras inquietudes al transmitirte una amiga que otra amiga “está por ti” y las ilusiones incipientes e intactas de un futuro por fabricar. A día de hoy, con mucha vida vivida, cuando paseo trato de recordar los olores, colores, ruidos de entonces. Entro en la zona de los arcos y leo en sus columnas nuestros escritos que todavía perduran: una fecha recordatorio, un “aquí estuve yo”, un “Juan quiere a Luisa”, etcétera.Recuerdo las brigadas de jardineros regando en verano, refrescando el ambiente y el posterior olor a hierba mojada, el grupo de guardas que vigilaban no pisar el verde, las abuelas sentadas en el todavía existente “banco redondo” al lado del hoy Café Vienés y que nos troceaban la merienda entre idas y venidas. Tiempos lejanos y ahora cada vez más cercanos en la memoria, humildes y felices.Si alguien de los de entonces lee estas líneas creo que se identificará en ellas. Y cuando nuestra generación acabe partiendo hacia otro jardín, seguro que la Taconera guardará nuestras vivencias por siempre, haciendo sitio para recopilar las de los nuevos inquilinos. Me sale un abrazo recordando a los convivientes de aquel entonces y me pregunto cómo habrá tratado la vida a los que ya se fueron y a los que todavía seguimos aquí, generación de “taconeros de los cincuenta”.Salud y suerte a todos en lo que resta. Con cariño y nostalgia.