econocía el secretario de Organización del PSN y portavoz parlamentario, Ramón Alzorriz, durante el foro de Municipalismo organizado por DIARIO DE NOTICIAS el pasado viernes: todos los partidos, absolutamente todos, tienen que repensar qué hacen ante un problema tan grave como el que se viene produciendo desde hace ya varios años y que es la falta de relevo en los ayuntamientos, producto de la desafección política. No hay gente joven que quiera participar en la gestión municipal, en la toma de decisiones en los ayuntamientos y concejos para el mantenimiento, gestión y administración de los recursos públicos. Y es un problema de primer orden para nuestras democracias porque son precisamente las administraciones más cercanas al ciudadano y las que más retos deben afrontar ante la crisis económica, medio ambiental y la transformación social. En Navarra tenemos 272 ayuntamientos y 347 concejos. Sociedades más complejas, las ciudades y pueblos son cada vez más diversas en su origen, y la estructura social también ha cambiado, hay que atender a familias monoparentales o personas mayores que viven solas. Los ayuntamientos no solo prestan servicios básicos sino que están liderando en este momento proyectos de futuro en materia de movilidad, transición energética, planes de vivienda y empleo, y de convivencia. Las que canalizan las ayudas de emergencia y trabajos de prevención con adolescentes. La calidad de vida y el nivel de cohesión social de nuestras localidades depende mucho del trabajo que realizan los gestores municipales con mucho esfuerzo y entrega. No hay más que escucharlos en foros como éstos para saber que muchos alcaldes y alcaldesas están por vocación. Vocaciones que escasean.

Esa desafección política la acabamos de ver en las elecciones andaluzas, en la alta abstención que, previsiblemente, tendrá un porcentaje importante de gente joven. No nos sorprenden los resultados pero sí da pena que muchos jóvenes no valoren que haya habido ERTEs durante la pandemia que lograron frenar muchos despidos, que no tengan en cuenta que tienen ayudas para acceder al alquiler o que haya hospitales con recursos suficientes y residencias públicas para que sus abuelos estén bien atendidos. Jóvenes con miedo a tener que salir de Andalucía para buscar trabajo en un momento de recesión. Y en los que cala el discurso frentista del nacionalismo centralista español contrapuesto al periférico. Será también que muchos años en el poder termina por desgastar feudos históricos con vicios propios de sistemas clientelares. Eso será, pero esta noche escribo esta columna con amargura. Con un PP que es capaz de comer electorado al PSOE y a la izquierda.

La desafeccion política en los ayuntamientos es un problema de primer orden, desinterés que se ha visto también en las elecciones andaluzas