¿Qué es el tiempo?, pues para no pensar mucho y fiándome de la Wikipedia, el tiempo (del latín Tempus), es una magnitud física con la que se mide la duración o separación de acontecimientos.

¿Y qué se puede hacer en ciento cincuenta segundos de tiempo?, pues así, a botepronto y siguiendo sin pensar mucho, se me ocurren bastantes cosas. Desde beberte una cerveza bien fría a la hora del vermú hasta expulsarla después por el conducto ordinario siempre y cuando encuentres en plenas fiestas, un urinario ad hoc, que eso te puede llevar mucho más de ciento cincuenta segundos.

Puedes enseñar a un guiri que el pañuelo no se pone en el cuello hasta las 12 del día 6 y que, una vez puesto, se lleva siempre con el nudo hacia adelante, no como si te creyeras que eres John Wayne protagonizando Centauros del desierto. Y si te queda tiempo -que seguro que te queda- le dices que la bota de las tres zetas no es un elemento imprescindible para sentirte como un pamplonés más.

Se me ocurre que también se puede hacer una llamada a Salou para hablar un ratito con la familia y explicar que, si en la Peña no hay almuerzo el 12 y que como luego vendrán muchos franchutes la noche del 13, igual apareces por ahí cualquier día de estos para estar en la playa con los chavales y alquilar un pedalo. Total, el 14 siempre es un día chungo, ya no tienes edad para ir al Pobre de mí y el 15 la autopista está llena de coches.

Ciento cincuenta segundos puede ser también el tiempo que te cueste pasar de un bar al de al lado en San Nicolás o la Estafeta al mediodía del 7 cuando parece que todos nos hemos puesto de acuerdo para quedarnos hablando en la puerta de los garitos con la croqueta y el marianico en la mano y así nadie entra ni tampoco sale.

Y ciento cincuenta segundos, que son ni más ni menos que dos minutos y medio, es también el mismo tiempo que han tardado los Escolares en recorrer las calles del casco viejo pamplonés desde los corrales de Santo Domingo en el renovado baluarte de Parma hasta nuestra Monumental. El tema de debate desde los últimos encierros vividos en Pamplona antes de la pandemia eran los mansos madrileños y el protagonismo de los llamados Messi y Cristiano que parecían ir volando bajo impidiendo a los corredores poder lucirse en mitad de la Estafeta. Pues ya les hemos dado pasaporte, hemos traído mansos de casa, de Macua concretamente, y seguimos igual. El cabestro es solo un elemento más que acompaña a toros cada vez más preparados durante el invierno para darlo todo cuando vienes a los Sanfermines.

Las estadísticas dicen que la duración media del encierro es de tres minutos y cincuenta segundos, pero esa medición debe ser de cuando a los relojes aún se les daba cuerda. Ahora no llegan a los tres minutos ninguno. Y eso que a los Escolares aún les dio tiempo en esos ciento cincuenta segundos de pinchar a dos corredores.

!Ah¡, y ciento cincuenta segundos es también el tiempo que se tarda en leer estas líneas si se hace con detenimiento.

PD.- A mí, que he cronometrado la lectura, me ha costado siete segundos menos, exactamente ciento cuarenta y tres. Pero si algún Escolar aprieta un poco más en Santo Domingo cuando los mansos iban por delante, lo clavo.