No hay argumentos sociales ni educativos que sostengan hoy en día la financiación pública de aquellos colegios que segregan por sexo. Pero al menos cumplir la ley es lo que los socios del Gobierno de Navarra Geroa Bai, EH-Bildu, Podemos e IE exigieron ayer al departamento de Educación que dirige el PSN para que retire los conciertos de Bachillerato a los dos centros de educación diferenciada de Navarra este mismo curso. La nueva ley educativa estatal, la Lomloe, prohíbe que los centros que separan por sexos a los alumnos puedan ser subvencionados. Una medida que otorga suficiente cobertura jurídica para retirar la financiación pública a este tipo de centros, la mayoría de ellos ligados a instituciones religiosas como el Opus Dei en el caso de Navarra. Precisamente el fomento de la igualdad de género, la prevención de la violencia machista y el respeto a la diversidad afectivo-sexual fueron uno de los ejes de la nueva legislación educativa, además de garantizar la calidad de la educación sin discriminación para todo el alumnado prevaleciendo -aspecto importante- el interés superior de los menores. Los centros (Miravalles-El Redín e Irabia-Izaga) han ido sorteando la ley mediante su aplicación progresiva apoyándose en una ley foral de 2012 que se aplica en enseñanzas obligatorias, lo que el Gobierno foral aceptó. El año pasado se inició la enseñanza mixta en 1º de Primaria, y en éste había aulas compartidas en 1º y 2º de Primaria. Un curso en el que también tocaba renovar los conciertos en Bachillerato pero se inició sin mezclar alumnos tal y como ha constatado Inspección, pese a ser un tramo educativo donde no cabe progresividad siguiendo la ley foral de 2012, es decir, debía haber aulas compartidas en los dos cursos a la vez. No sorprende que escuelas tradicionalistas o de corte religioso se resistan a separar a estudiantes y más en edades como la adolescencia, de 16 a 19 años pero nadie entiende que en pleno siglo XXI y desde un planteamiento progresista se sostenga con fondos públicos un sistema educativo no inclusivo que limita las posibilidades de desarrollo de menores y adolescentes, fomenta los estereotipos y legitima el machismo. No podemos fomentar políticas de igualdad y de lucha contra la violencia de género, que se inicia en edades tempranas con conductas cada vez más frecuentes de dominación, o programas como Skolae sin defender la coeducación sin fisuras. Chavales y chavalas que tienen derecho a relacionarse dentro y fuera de las aulas con normalidad.