Pocas causas prenden tanto la mecha solidaria de la ciudadanía como ocurre con la carrera contra el cáncer de mama. Miles de personas que, viviendo el problema de cerca o por pura sensibilización, se vuelcan en una jornada de fuerza y solidaridad con un mensaje positivo y esperanzador pero también reivindicativo. Una marea rosa que vuelve con fuerza después de la pandemia que ha supuesto retraso en las revisiones de pacientes. Correr en apoyo a una madre que está en pleno tratamiento, para que los hijos tengan un espíritu solidario y crítico, en memoria de una madre que falleció sin llegar a tiempo a nuevas estrategias terapéuticas, para reclamar más fondos públicos en la lucha contra el cáncer, por mejorar las listas de espera, para ampliar los programas de detección... El cáncer de mama es la lucha que ganan cada vez más mujeres. Además ayer supimos a través de Saray que en siete años de carreras han recaudado por esta vía más de 405.000 euros para proyectos de investigación. Mujeres que, sin duda, luchan con mucha más fuerza ante la adversidad como peleó Yessika Rubio que nos dejó hace un año por un cáncer de piel con 38 años. Precisamente esta misma semana se conocía un nuevo estudio de Navarrabiomed y CIMA que ofrece nuevas dianas terapéuticas para prevenir el desarrollo de metástasis en cáncer de melanoma. Ojalá podamos ver pronto sus resultados, que haya recursos suficientes para seguir investigando y, además de iniciativas solidarias, se apueste por la sanidad pública.