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Mesa de Redacción

Joseba Santamaria

La política española en estado puro y duro

La política española en estado puro y duroFernando Alvarado

Otra semana de corruptos, delincuentes y trileros desfilando –algunos pavoneándose–, por tribunales y medios. La juerga no para. Un repaso solo por encima a la sucesión de pufos. El diputado del PP Alberto Casero, famoso por posibilitar hace un año la aprobación de la reforma laboral al equivocarse y votar afirmativamente, ha renunciado a regañadientes a su escaño después de que el Tribunal Supremo lo haya puesto a un paso del banquillo acusado de los delitos de prevaricación administrativa y malversación de caudales públicos. En el caso Kitchen, el juez García Castellón ha aceptado la solicitud del ex número dos de Interior Francisco Martínez, imputado al igual que su ex ministro Fernández Díez, –ambos también del PP–, y ha decidido impedir el acceso a los chats y whasap que están desvelando los entresijos de esa trama ilegal de espionaje alegando razones de seguridad nacional. Lo de siempre en estos casos. Consiste en que una vez pillados en flagrante delito se les convierte en una especie de cuestión de Estado por los supuestos servicios prestados como mejor escudo de protección. Y a otra cosa de nuevo. Más bien parece que García Castellón pretende hacer un nuevo favor a Rajoy y Cospedal tratando de encubrir conversaciones que les puedan hacer de nuevo al banquillo de los acusados. Por cierto, el ministro Marlaska se ha comprometido a llegar hasta el fondo del espionaje de la trama Kitchen a la ex consejera navarra del Gobierno de Uxue Barkos, María José Beaumont. Lo mínimo y esperemos que lo cumpla, aunque su historial en las cloacas policiales no sé si se lo permitirá. Sin olvidar el caso Mediador, este afecta al ya ex diputado canario Juan Bernardo Fuentes, más conocido como Tito Berni, en un grupo cutre de corrupción, prostitución y consumo de drogas que ha dado un salto cualitativo con la implicación de un alto mando de la Guardia Civil, el general Francisco Javier Espinosa, el único imputado que ha entrado en prisión por los sobornos de esta otra trama. Por último, la Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a Pedro Antonio Sánchez, ex presidente de esa comunidad e igualmente del PP, a 3 años de prisión por delitos de prevaricación y falsedad. Todo cotiza en el pozo de la corrupción. Son solo más ejemplos de la existencia de tramas mafiosas que utilizan el poder político, la complicidad periodística y los recursos públicos al servicio de sus intereses partidistas y personales y para obstruir la justicia. Una larga lista de hechos muy graves que cuestionan bases fundamentales de un sistema democrático. Un compendio concentrado de la decadencia de la democracia liberal española. Esto es, una democracia en estado de deconstrucción y un liberalismo que no es tal, sino un sistema de mangoneo y corrupción. La política tiene una capacidad de sorprender ilimitada. Casi siempre es para mal. Un ventilador generador de frustraciones. La política siniestra, la política tóxica me refiero. Un sindiós político frustrante que alimenta el desencanto de la sociedad con sus representantes políticos y el desentendimiento con la democracia. Se ha visto también alrededor de este 8-M. No lo ven los que no lo quieren ver. Sólo una profunda reforma democrática puede acabar con la impunidad con que encubren estos tipos sus siniestras actuaciones y delitos. Pero nadie la espera.