¡Viva el populismo! ¡Gora el populismo! A punto de su extinción institucional, el alcalde Maya se ha regalado el chupinazo de una intromisión innecesaria: la designación de la entidad encargada de prender este año la mecha sanferminera. Entre el acceso osasunista a competición europea (domingo 4) y el peldaño de junio (martes 6), ha invadido una competencia moralmente inherente al siguiente titular de la Alcaldía. No corría prisa. La cortesía institucional que respetó en 2015, quebrantada en 2023. Feo gesto en las postrimerías de su mandato. Y la oposición a picar en el cebo de Osasuna aunque les repela la caña del procedimiento. Desde su instauración en el balcón del Ayuntamiento (1941), el primer cohete es protocolo de inicio de fiestas. No está concebido como homenaje ni como honor delegado. Los protagonistas están abajo, no arriba. La notoriedad corresponde a la masa popular abigarrada y excitada. Solo importan los gritos rituales y el estallido. Dictadura- Hasta 1978, cohete en manos del concejal encargado de la elaboración del programa oficial. La lista contiene repetidores, incluso alguno delegó por amistad en compañero de Corporación. Democracia, fase 1: A partir de 1979, acuerdo no escrito de rotación de grupos municipales, de mayor a menor. El grupo designaba un nombre de su equipo. El turno de HB siempre fue respetado. Fase 2: La alcaldesa Barcina rompió el molde y apartó a Herri Batasuna (segunda fuerza municipal) en dos años consecutivos (Osasuna, ascenso; San Antonio, éxito europeo). En 2010, que podría haber recaído en concejal nacionalista no adscrito, lo adjudicó a la Comparsa de Gigantes y Cabezudos en su 150 aniversario. Su sucesor Enrique Maya evitó el turno del grupo municipal Bilduiruñea en favor de Cruz Roja. Fase 3: Desde 2015, los concejales han desaparecido del chupinazo. Votación popular (Asiron) o designación directa (Maya). Solo dos alcaldes han renunciado al chupinazo: Balduz y Asiron. Los zurdos.