A los gestores de Twitter no les debió agradar mi artículo de la pasada semana publicado en este mismo rincón. Al poco de quedar colgado en la red social, el pajarito azul lo echó del nido. Ahí ya no está. El escrito lleva por título Ese deporte llamado sexo y en su contenido incluía palabras, de uso común, que debieron hacer saltar las alarmas de lo socialmente correcto en forma de algoritmos. Pero creo que no había nada que pudiera escandalizar. El texto se hacía eco del denominado Campeonato de Europa de sexo y de las diferentes modalidades en las que los concursantes, hombres y mujeres de distintos países del continente, debían demostrar sus habilidades amatorias en diversas sesiones. La prensa digital publicó la noticia sin ahorrar en detalles, más por lo curioso de la convocatoria que por morbo. Bueno, una semana después se ha conocido que el concurso saltó por los aires a las primeras de cambio; como suponía, el supuesto torneo no pasaba de ser un reality porno con un buen cebo publicitario en el que también se afirmaba que Suecia ya había incluido la práctica sexual en el listado de deportes.

Recuerdo todo esto para volver a poner a prueba a los comisarios de Twitter y comprobar hasta dónde llega su censura, su vara de medir lo que se puede escribir o no, lo que creen apropiado dar a leer a sus seguidores. Me llama la atención tanto celo cuando esa red social se llena a diario de mensajes plagados de insultos gruesos y de amenazas y los ofendidos, encima, tienen que defenderse con una cadena de mensajes. Es lo que les ha sucedido a los futbolistas Borja Iglesias y Aitor Ruibal, que publicaron en Instagram una foto en la que ambos posaban con bolso, lo que dio lugar a un ataque homófobo, también de usuarios de Twitter, como siempre desde la clandestinidad. El riesgo está ahí; si te muestras, con complementos y sin complejos, te sacuden y se permiten cuestionar la orientación sexual; si en un artículo escribes “penetración” o “sexo oral”, te borran del mapa de los biempensantes. Siempre nos quedará el papel. Al menos, por el momento...