Síguenos en redes sociales:

Juez de línea

Félix Monreal

Llámalo continuismo

Llámalo continuismoLOF

Leo un análisis sobre las expectativas con las que Osasuna encara la temporada. El titular es gramaticalmente contradictorio: Un proyecto continuista que busca seguir generando ilusión. El sustantivo continuismo tiene connotaciones negativas y describe estados de inmovilismo, en los que el cambio o la renovación quedan marginados.

En un proceso que no recoge novedades parece también difícil provocar un entusiasmo extra. “Es lo mismo de siempre”, dirán en un tono de crítica los insatisfechos. En el fútbol ocurre que hay, sin embargo, casos en los que sostener lo que viene dando buenos resultados es una pauta de trabajo, incluso en los momentos de crisis interna o de convulsiones provocadas por el mercado de futbolistas.

Observando el partido de Osasuna en Vigo parece que no hubieran transcurrido dos meses desde la victoria ante el Girona en el último encuentro de Liga, que todo sigue igual: el estilo de juego, la solidez defensiva, la movilidad por banda, los centros laterales… Incluso la totalidad de los protagonistas eran viejos conocidos salvo dos nuevas incorporaciones, Catena y Mojica, que clonaban casi al cien por cien a otros que han desempeñado las tareas de central diestro y lateral zurdo en la etapa de Arrasate.

El entrenador estrena su sexta temporada en Pamplona y si nos remontamos a sus orígenes llegaremos a dos conclusiones: lo mucho que ha cambiado Osasuna desde aquella derrota en Mallorca (1-0) y cómo esa evolución no ha sido fruto de ninguna revolución sino de una adaptación pausada y metódica. Hay un proceso de trabajo silencioso, de introducir elementos poco a poco, que un día revienta por excepcional, y en el que parece que has encontrado al mejor lateral derecho pero resulta que ya estaba aquí hace un año. A Rubén Peña las lesiones le impidieron jugar con regularidad el pasado curso, lucir las virtudes de un jugador curtido en esa demarcación, con matrícula de defensa y motor de extremo. En este Osasuna que parece no cambiar de un partido a otro, Peña apareció como un elemento demoledor, tragando saliva cuando le encaraba el escurridizo Bamba, pero escupiendo balones con precisión al área en los dos goles de su equipo.

También Moncayola parece una figura fija en el paisaje de camisetas rojas. Ya hace cuatro años de su debut y habrá quien piense que es un veterano de 25 años. Su evolución y la del equipo son similares e incluso cabe añadir que el giro en la filosofía del club al apostar por contratos largos y bien pagados para los chavales más descollantes de la cantera tiene su origen en Moncayola, el interés del Athletic y la tenacidad de su representante. Ese cambio lento del que hablaba unas líneas más arriba… El centrocampista parece estar ahí para que nada parezca diferente pero todo cambie. Los 10.800 metros que recorrió ayer es una cifra que en bruto no refleja ni su buena colocación, ni la inteligencia para defender, ni su arrolladora velocidad cuando ve terreno conquistable al otro lado de la línea que divide el campo.

El centrocampista del Celta de Vigo Jonathan Bamba, y Rubén Peña, durante el partido

Si Rubén Peña y Moncayola están en las negritas de esta victoria en Balaídos parece que no ha cambiado mucho el tiempo en Tajonar de la primavera al verano. Osasuna es un equipo maduro, que rentabiliza sus virtudes y trata de destapar lo menos posible sus defectos. Arrasate sigue moviendo el banquillo a partir del minuto 60 y los cambios son la mayoría de las veces previsibles, como los saques de esquina al segundo palo para que remate David García. Y con esto, te presentas en Balaídos, ganas 0-2 sin que tu portero tenga que despejar un balón rematado entre el arco, estrellas tres veces el balón en los postes, inicias la temporada de los cuatro retos con determinación y mantienes las expectativas de tu afición, sumergida en un sueño desde 2018. Como el año pasado y mejorando. El engranaje sigue funcionando. Llámalo continuismo.

Confidencial

La reunión de Chimy y Braulio. No es la primera vez que se habla de ofertas para que Chimy salga de Osasuna. Parece que la escena volverá a repetirse hasta el cierre de mercado. El delantero ya puso sobreaviso a Braulio Vázquez en una cita que ambos tuvieron en un restaurante de Huarte. Uno de los clubes que salió en aquella reunión fue el Valencia. El argentino fue ayer suplente... y llega García de Haro.