Otro recital de Remco Evenepoel para ganar su tercera etapa en la Vuelta. Da la impresión de que lo que hace es sencillo, pero nada más lejos de la realidad. Hay que ser muy bueno para poder llevar a cabo esas exhibiciones. Otra vez se ha metido en la fuga buena y ha demostrado ser el más fuerte. No es lo más fácil porque todos están pendientes de ti y tienes que demostrar, por mucho, que eres el mejor. El resto corre contra ti. De él destacaría, sobre todo, la manera de ganar. Es lo que marca la diferencia. Es un ciclista que demuestra una enorme ambición. De lo contrario no sería posible. Evenepoel está fuera de carrera en cuanto a la general y ha sabido rehacerse. Ha cambiado el chip, que no es nada sencillo, más si cabe en un ciclista con ese palmarés. Eso hace que sea especial. Deberíamos valorar ese aspecto. En cuanto a la general, ha ocurrido lo que preveía. Ya comenté que me parecía normal que el Jumbo asegurase la victoria en el Angliru. En el día clave, el Jumbo ha apostado por Kuss como ganador de la carrera. Han parado a Vingegaard. Ha dado la sensación de que si el equipo hubiese querido otro ganador, y me refiero al danés, lo hubiese tenido fácil. Pero así se aseguran ganar las tres grandes con tres ciclistas distintos. Roglic ganó el Giro, Vingegaard el Tour y Kuss se llevará Vuelta. Además, a la hora de renovar el contrato del norteamericano, el Jumbo cuenta con esa carta. Ha dejado que sea él el vencedor. Con ese movimiento logran el objetivo de que Kuss esté contento. Eso es siempre bueno en equipos con tanto nivel. Además, no es lo mismo exigir un mejor contrato demostrando que puedes ganar la carrera a saber que, de algún modo, tu equipo ha querido que seas tú el que gane. Veo lógica la elección del Jumbo.

El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk